En medio de la pulseada entre el gobierno nacional y los gremios de la educación por los salarios de los maestros y la suspensión del envío del Fondo de Incentivo Docente, cabría reseñar una problemática menos visible pero tanto o más importante que aquello.
El dato no es menor y tiene que ver con uno de los motivos del paro al que convocó Ctera (Confederación de Trabajadores de la Educación de la República Argentina) para el próximo lunes 26: el ajuste en la infraestructura escolar.
Sólo que en este caso ocurre en la provincia de Buenos Aires, y posee como uno de sus mejores ejemplos lo que pasa en la ciudad de Mar del Plata a pocos días de comenzar el ciclo escolar.
El gobierno de Axel Kicillof le envió durante los primeros días de febrero al Consejo Escolar de General Pueyrredon $90 millones en concepto de partidas extraordinarias para la reparación de los establecimientos educativos provinciales en el distrito.
¿Dónde está el problema? En que en 2023, también para los mismos fines, enviaron desde La Plata un poco más que la suma actual, más precisamente $100 millones. Solo que en 12 meses la Argentina sufrió una inflación del 211%.
En otros términos, los arreglos que se podían hacer hace un año con 100 millones de pesos, en la actualidad son infinitamente inferiores. El sistema educativo provincial cuenta en la ciudad con 183 edificios en los que funcionan nada menos que 326 escuelas.
Por ello, desde el Consejo Escolar advirtieron que los fondos enviados, además de ser claramente insuficientes, llegaron tarde.
“Habitualmente llegan a principio de enero. Las clases empiezan el 1° de marzo, sin tener en cuenta los que compensaron a partir del 15 de febrero”, aseguran fuentes del organismo, añadiendo que “esta partida incluye todo: techos, electricidad, plomería y está todo muy caro”.
Las partidas extraordinarias que envía la provincia a cada uno de los 135 municipios a través de los Consejos Escolares están destinados a obras de infraestructura, ya sea intervenciones menores o arreglos de cierta envergadura, como por ejemplo instalaciones de gas o de electricidad.
Si estas reparaciones son justificadas desde los Consejos, la provincia puede enviar más. Pero no siempre ocurre.
Las funciones de los Consejos Escolares, organismos consagrados en la Constitución bonaerense, son variadas, desde el asesoramiento de las cooperadoras escolares y la gestión de provisión de muebles y elementos de equipamiento escolar, hasta la designación del personal auxiliar de las escuelas, pasando también por la gestión de distintos trámites, y la supervisión y mantenimiento de la infraestructura escolar.
En el caso de Mar del Plata, el gobierno provincial le permitió al Consejo Escolar utilizar por adelantado dinero de lo que se llama Fondo Compensador, que se nutre mayormente de los impuestos provinciales como ingresos brutos, y que se trata de un “goteo” permanente.
Dichas partidas están siempre disponibles y se usan para todas aquellas reparaciones que si no se hicieran, harían imposible el comienzo de las clases. Funcionan a través de contrataciones directas que no pueden superar los $11 millones y se destina a situaciones muy puntuales como una cloaca tapada o falta de luz en una escuela.
Pero en verdad, lo que hizo el gobierno de Kicillof es decirle al Consejo que tome fondos proyectados a marzo y abril y que los use para acelerar las reparaciones. Es decir, que para los próximos meses, dichos fondos ya no estarán, en un otoño que se presenta amenazante para el clima social.
El famoso cuento de la “frazada corta”.
Así mismo, cabe señalar que, según denuncia el ex secretario municipal de Educación Luis Distéfano, un hombre de dilatada trayectoria en la área y actual director de una de las mejores escuelas provinciales de Mar del Plata, la 25, el gobierno comunal de Guillermo Montenegro recibe directamente desde Nación el Fondo de Financiamiento Educativo y no lo usa para lo que lo debería usar.
Dicho Fondo lo envían desde el gobierno nacional a las provincias, y desde ahí se reparte a los municipios.
En su momento, el ex funcionario denunció que “el Fondo de Financiamiento Educativo debe llegar a todos pero en 2020, año en que se podrían haber realizado cientos de obras en las escuelas, el municipio recibió más de $ 360 millones del FFE, y el 95 % lo utilizó para pagar sueldos municipales”.
Consultado por este medio, Distéfano agrega que esas partidas “deberían llegar directo a las escuelas, y no pasar por tantas manos, para evitar la discrecionalidad”.
Y afirma: “El FFE representa el 95% en materia de infraestructura, contra el 5% del Fondo Compensador. Mirá si no se podrían hacer montones de obras. Pero en Mar del Plata se usa para pagar sueldos de docentes municipales”.
Aquel “goteo” del Fondo Compensador del que echó mano el Consejo Escolar en febrero se compuso aproximadamente de $80 millones más, que se suman a los $90 millones enviados, totalizando $170 millones. Pero indudablemente se trata de una cifra “mentirosa y dibujada”, según interpretan.
Sin embargo, la plata no alcanzó. Por ejemplo, las partidas destinadas a emergencias fueron solo de $40 millones en total. “Pero hoy una caldera cuesta, por ejemplo, $17 millones. ¿Cómo hacemos? No alcanza la plata”, le comentan consejeros a este medio.
De acuerdo a lo que pudo saber este medio de los propios consejeros, a sólo 5 días del comienzo de las clases, la situación de las escuelas del distrito es muy delicada.
A los continuos actos de vandalismo que sufren los colegios, que hace que se desvíen fondos destinados a otra cosa, hay serios problemas con filtraciones en los techos, graves deficiencias eléctricas producto del robo de cables, falta de pilares eléctricos, cuatro escuelas sin calderas, numerosas bombas de agua rotas, carencia absoluta de alarmas, falta de contratistas, y lento reemplazo de vidrios rotos.
De este modo los chicos de la primaria empezarán las clases en General Pueyrredon. Una situación que se replica seguramente en muchos distritos de la provincia.
El Presupuesto educativo 2023 que presentó el gobierno bonaerense contemplaba una impactante inversión de $1.8 billones, lo que representó un 29,6% del total previsto. Pero cuando se analizaba el detalle de las erogaciones, el impacto se diluía considerablemente.
En las partidas para obras se contemplaban los siguientes gastos:
Infraestructura Educativa, $ 10.113.949.134
Infraestructura Y Equipamiento, $ 7.521.223.751
Innovación y Desarrollo De La Formación Tecnológica, $ 4.327.345.739
Fortalecimiento Edilicio De Jardines Infantiles, 1.802.563.826
Obras En El Marco De La Pandemia Covid-19 176.975.550
Programa De Escuelas A La Obra 11.900.000.000
Ampliación Y Mejora De La Infraestructura Escolar 4.800.000.000
Y aunque no se especificó el destino, también se contemplaban partidas por $23.593 millones, lo que arrojaba un total de $64.257 millones sobre un presupuesto educativo previsto en $1.8 billones.
Es decir, que la inversión en obras apenas representaba un 3,5%.
Cabe recordar que, por decreto el gobernador Axel Kicillof prorrogó para el ejercicio 2024, el Presupuesto General de la Administración Provincial aprobado para el año 2023.
pablo@elobservadoronline.com.ar
@PortaluppiPablo
El título dice que soy Licenciado en Periodismo, pero eso poco importa. Lo más importante es que solo dependo de mi.