En las últimas horas, circuló un video del Secretario General de la Unión de Empleados Judiciales de la Nación (UEJN), Julio Piumato, en grupos de whatssapp y otras redes sociales de la comunidad judicial de todo el país, que generó fuerte malestar entre sus miembros.
En el mismo, el gremialista y ex diputado nacional pide abiertamente a los afiliados votar al candidato del oficialismo, Sergio Massa, en las inminentes elecciones presidenciales, advirtiendo que sus contrincantes, Patricia Bullrich y Javier Milei, “vienen por los derechos de los trabajadores”, y que “nos van a comer los ojos”. Y culmina diciendo: “Teníamos que avisar lo que se viene”.
El contenido generó más de un enojo. Que un sindicato apoye a un candidato peronista no debería sorprender ni ser cuestionado, ya que también la CGT manifestó su apoyo a Massa. Pero en el gremio judicial hacer proselitismo político tal vez sea un poco más delicado.
“En cualquier otro gremio creo que sería distinto, pero cuando un gremio que opera en el contexto institucional de un Poder del Estado, el Judicial en este caso, que apoya abiertamente un partido al que pertenecen muchos altos funcionarios acusados de corrupción… creo que la cosa es diferente”, afirma un importante funcionario del mundo judicial.
Es que el Reglamento de la Justicia Nacional, Acordada de la Corte Suprema de la Nación del 17 de diciembre de 1952, dispone en el artículo 8 inciso e que “los magistrados, funcionarios y empleados deberán observar una conducta irreprochable”, estando obligados a “no realizar actos de proselitismo político”.
Es decir, que tienen prohibido hacer campaña por un candidato.
Si bien La prohibición del inc. e) del artículo 8° no aplica a los empleados, se aclara que “esta excepción no los autoriza a realizar con motivo o en ocasión del ejercicio de sus funciones, cualquiera sea el ámbito donde se encuentren, propaganda, proselitismo, coacción ideológica por motivos de cualquier naturaleza”.
Aunque la mayoría de los jueces y fiscales federales no están afiliados al gremio de Piumato, algunos sí lo están. El ejemplo más paradigmático fue el ex juez de la Corte, Eugenio Zaffaroni, que perteneció a la UEJN.
“Los jueces y fiscales y secretarios se asocian a la Asociación de Magistrados y Funcionarios de la Justicia Nacional, que opera de alguna manera en el ámbito político, haciendo fuerza por ejemplo para garantizar la independencia, repudia la violencia contra jueces, etc, pero nunca haciendo partidismo”, prosigue la fuente.
“Salvo la lista Celeste que responde al kirchnerismo”, agrega.
El pasado jueves hubo elecciones de la AMFJN y con el 46,10% de los votos se impuso la lista bordó, crítica del kirchnerismo. Con 1118 votos, el juez federal Andrés Basso, se convirtió en su nuevo presidente. Basso integró el tribunal oral que llevó adelante el juicio oral contra la vicepresidenta Cristina Kirchner en la causa por la obra pública.
“Como la AMFJN elige consejeros en el Consejo de la Magistratura, queda claro como incide la política en la justicia. Si o si hay que negociar con el kirchnerismo”, culmina la fuente.
Consultado al respecto, otro importante hombre de la justicia federal marplatense, apunta al costado ético del asunto. “Es inmoral que la misma parte que juzga, o colabora en el juzgamiento porque los empleados no juzgan pero obviamente colaboran con los jueces, tomen posición diciendo que hay que votar a los políticos que están siendo juzgados. ¿Se supone que después de elegirlos van a poner todo de sí para condenarlos si hay delitos?”, se pregunta.
“Básicamente intentan condicionar el voto de los afiliados, buscan dirigir e insinuar a quién votar. En lugar de ocuparse de los derechos de los trabajadores, buscan hacer política partidaria para favorecer al movimiento del que se muestran parte y que nos acusa de ser un partido judicial”, concluye.
J.P.Mayer
