Por lo general, las miradas tanto de la opinión pública como de los analistas suele posarse, como ya se ha afirmado desde este espacio, en los variados aspectos de la justicia federal. Y muy poco sobre la ordinaria, que es mucho más cercana al “ciudadano de a pie”, ya que sus resoluciones afectan de manera más directa a la vida cotidiana de la gente.
Y dentro de ella, el fuero de familia debería, muchas veces, estar en el centro de todas miradas. Su efecto sobre los damnificados es sencillamente brutal.
“Es una justicia que está muy atravesada por las políticas de género y por sacarle dinero al padre. Cuando la denuncia la hace una mujer, en seguida se activan todos los protocolos. Pero cuando el denunciante es un hombre, el proceso se le vuelve totalmente en contra”, afirma sin tapujos un importante abogado porteño del fuero.
Y arroja una sentencia temeraria y sin miramientos: “Lamentablemente el menor, al que dicen proteger, termina siendo un medio y una víctima”.
Un caso que tramita en la justicia familiar de Mar del Plata expone crudamente lo antedicho.
“Con los fallos y resoluciones te van limando, desgastando, frustrando hasta invisibilizarte, hoy no tengo ningún derecho como papá”, le cuenta a este medio MB, un hombre de 50 años que, en busca de justicia, literalmente, perdió todo, hasta a su propia hija hoy de 9 años.
Su calvario comenzó hace justamente nueve años, antes que naciera la nena, cuando, harto de la violencia psicológica (y también física) de su ex pareja, VM, el hombre decidió radicar una denuncia contra ella en la Comisaría de la Mujer, de la avenida Juan B Justo en la ciudad balnearia.
Los episodios tuvieron lugar en febrero, junio y agosto de 2015, después de apenas 11 meses de convivencia y con ella embarazada. La primera agresión le ocasionó a MB un corte debajo del ojo hecho con un anillo.
El 6 de agosto de aquel año, el hombre realiza la denuncia policial, luego de una primera efectuada en junio, en la cual se lleva a cabo un peritaje y se abre una causa en el juzgado de Familia 2 de Mar del Plata, a cargo de la dra. María Silvina Lazcano.
Cabe señalar que en la ciudad, hay siete juzgados de familia, y, según afirma un abogado marplatense del fuero, “los tiempos de las causas son eternos. Generalmente terminan cuando el menor deja de ser menor y crece”.
¿Qué tipo de violencia ejercía VM? Literalmente, según la presentación, golpes de todo tipo luego de un festejo de cumpleaños de MB estando ella embarazada de siete meses y amenazas contra los dos hijos de él, producto de un matrimonio anterior, ambos en aquel momento menores de edad.
Tan graves fueron consideradas aquellas amenazas, que el hombre decidió dejar su casa junto a sus hijos, donde vivía con VM, y que era de su propiedad. “Sus amenazas hicieron que me fuera. Ella me había sacado todo, solo me dejó las llaves del auto y control del portón para que me fuera a la mañana temprano con los nenes”, cuenta.
No conforme con ello, y pese a la denuncia en su contra, VM continuó con las amenazas y extorsiones.
El 14 de noviembre de 2015, según pudo saber este medio, a las 2:21 de la madrugada, le envió un video íntimo de MB a su ex mujer, y minutos después, a otras amistades. A esto se deben sumar distintos llamados intimándolo a que cese de accionar judicialmente, ya que de no hacerlo iba a continuar con el envío de material íntimo.
A todo esto, también la mujer se presentó en su trabajo, de acuerdo a lo que consta en el expediente, unas oficinas de una reconocida empresa de medicina prepaga, donde justamente se habían conocido, generando una situación de extrema violencia y amenazas.
Cabe señalar así mismo que VM ya tenía en su haber denuncias en su contra en el año 2014, de su otra hija entonces de 16 años de edad, lo que determinó una restricción de acercamiento entre ambas.
Pese a todo esto, la primigenia presentación policial y luego judicial del hombre a mediados de 2015 derivó, a lo largo de estos 9 años, cuando la nena aún no había nacido, en un infierno para él mismo.
Además de no activarse ningún protocolo en su favor, se le abrieron exactamente 37 incidentes en su contra, perdió la casa donde vivía y que había sido adquirida con su propio esfuerzo, 30 años de historia laboral, todos los bienes y recuerdos de su vida y de sus hijos, y enormes disgustos que fueron haciendo mella en su salud.
Pero además, y quizá lo más importante, la imposibilidad absoluta de poder ver si quiera a su hija.
“Siempre fue difícil verla porque desde que nació nos vimos condicionados o limitados para poder estar con ella”, describe MB. “Las partes pidieron hacer un ADN y su abogada se negó a realizar uno privado, que yo pagaba, por miedo a que con mi poder pudiera manipular el ADN y el tribunal dio lugar. El ADN público por poco demoró un año. Pero para que tenga mi apellido me dijeron que tenía que iniciar otra causa”, agrega.
¿Y qué pasa con la nena, de inicial D.? Mientras la justicia le prohíbe al padre verla, la menor está viviendo en un contexto al menos inadecuado. Y el juzgado no hace nada.
Cuatro hechos marcan aquello.
_ En febrero de 2022, la chiquita apareció con un golpe debajo de su ojito derecho. Al ser consultada por el padre, ella adujo que se trató de un accidente.
_ En noviembre de 2022, se pudo constatar que D. había ingerido pastillas para el corazón de su abuela materna. Aquel “descuido” le ocasionó una internación por intoxicación durante 24 horas en la Clínica del Niño y de la Madre, sobre la avenida Colón.
_ En marzo de 2023, la madre le tramitó a la nena un dudoso Certificado de Discapacidad con el diagnóstico de un presunto “trastorno de hiperactividad” y marcada “desatención”. Según pudo averiguar este medio, D. pasa gran parte del tiempo de clases deambulando por el colegio junto a su acompañante.
Finalmente, en julio de ese mismo año, “la escuela me informa que denunciaron un episodio de violencia a la Diegep (Nota de la R: Dirección de Educación de Gestión Privada) que ni hija conto y la mamá reconoció. Yo también hice la denuncia y se informó al juzgado, y no pasó nada”, cuenta MB indignado.
En una entrevista realizada, en el marco de la causa, por una psicóloga con la nena, quien prefirió no dar su nombre, la profesional arriesgó que había indicios que “pudo haber estado expuesta a escenas impropias para su edad”.
A todo esto, la madre, sin avisar y en forma intempestiva, según denuncia MB, se fue a residir temporalmente a España a comienzos de 2024, dejando a su hija al cuidado de su media hermana, hoy de 27 años, y quien tiene su propia historia de violencia y, según dicen, tendría un entorno un tanto áspero. Cabe recordar que están viviendo, además, en la casa que era de MB.
En ese contexto está creciendo la menor. Pero, de acuerdo al relato del padre, a la justicia parece no importarle.
En la última audiencia llevada a cabo en agosto pasado, la nena manifestó que extraña a la madre, y que consideraba al padre una persona “abandónica”, que “no cumple sus promesas”, que “la desilusionó” y al que “odia”.
Pero claro, la duda queda instalada si no son aquellas palabras de la madre.
“A principios de 2014 me ofrecen en la empresa venirme a Caba, igualmente hasta principio de 2015 seguí con los dos cargos. Y mi lugar de residencia fue Mar Del Plata, en capital paraba en hotel hasta que a raíz de perder mi casa, la empresa me alquila un departamento”, dice el hombre, reafirmando que “nunca dejé de estar presente para la nena”.
Al día de hoy, MB, junto a su abogado, tras 9 años de lucha, están a la espera de una fecha para un nuevo intento de revinculación con la nena.
De acuerdo a la bibliografía, aquella figura se aplica “cuando se intenta reconstituir o constituir un vínculo paterno-filial que, por razones de su funcionamiento anterior, ha sido suspendido o limitado como un modo de proteger al niño de un daño o del riesgo de un daño para su desarrollo psicofísico”.
“A fin de que se tenga presente para las tomas de las restantes resoluciones, simplemente quiero manifestar que esta parte se ve una vez más avasallada en sus derechos, en el que al inicio ingenuamente decidí acudir al resguardo de la justicia en el marco del planteo de una acción de violencia familiar”, afirma MB en una de los tantos descargos que tuvo que hacer en estos largos 9 años con el solo objetivo de poder ver a su hija.
“Para luego verme despojado de mi propia vivienda, en la cual se construyó el centro de vida de mis hijos, y que en la que quedaron la totalidad de sus pertenencias y sus más sensibles recuerdos, de los cuales dudo queden una muestra”, culmina.
El título dice que soy Licenciado en Periodismo, pero eso poco importa. Lo más importante es que solo dependo de mi.
2 respuestas
Justicia para el.papa, lo conozco desde pequeño, excelente ser humano y trabajador como pocos, y excelente padre, espero se haga justicia.
La odisea de este padre me emociona,no sé puede creer todo lo q lucho y luchará titan entre titanes,no le afloje MB,somos muchos los q hacemos fuerza para q sea justicia!!!!!!