Se agrava el conflicto de IOMA: Restringen solo a urgencias la atención a los afiliados en las principales clínicas de Mar del Plata

En las últimas horas, las principales clínicas de la ciudad de Mar de Plata decidieron restringir fuertemente la atención a los afiliados de IOMA, debido no sólo a los constantes atrasos en el pago de las prestaciones sino también a la falta de actualización de los aranceles de la principal obra social de la provincia de Buenos Aires.  

Por lo expuesto, desde Clínica 25 de Mayo, Clínica Colón y Clínica Pueyrredón hemos decidido RESTRINGIR LA ATENCION DE PACIENTES únicamente a los casos de urgencia e informar LA BAJA de la atención de dicho convenio, con el preaviso de 30 días, a la entidad firmante FECLIBA (Federación de Clínicas, Sanatorios, Hospitales y Otros Establecimientos de la Provincia de Buenos Aires), PARA SU NOTIFICACIÓN AL IOMA”, afirma el comunicado difundido recientemente.

Junto a la Clínica del Niño y al Hospital Privado de Comunidad, se trata de los centros de salud más grandes del distrito. La decisión afecta a los más de 70.000 afiliados de IOMA en Mar del Plata, pero además también impacta en miles de personas más, ya que a dichas clínicas también concurren los habitantes de las localidades vecinas, como Villa Gesell, Pinamar, Balcarce, y Miramar.

Es por ello que para este próximo miércoles 4 de octubre a las 11 de la mañana, un grupo de afiliados convocó a una manifestación en la sede local de la obra social bajo la consigna “IOMA nos abandona”.

Algunos números difundidos. “Entre los meses de enero 2019 y septiembre 2023 el sueldo del personal de salud se incrementó en un 1.058,00%, y el costo de vida fue de 1009,43%. El aumento del IOMA fue del 735,10%”, explican desde las clínicas.

Esto se suma a lo que informó este medio en el verano pasado, sobre el cierre de varios Centros de Día debido a la falta de pago de IOMA y a los bajos aranceles.

Las actualizaciones que hace IOMA no representan ni por asomo el aumento del costo de vida, ni los honorarios profesionales, ni la suba de los insumos. Paga lo que se le antoja y así se hace imposible”, le contaba a este medio en enero pasado Armando Daniel Marotta, propietario del Centro de Día “Santa Clara” que tuvo que cerrar sus puertas en Olavarría.

Lo graficaba con un ejemplo. “Hoy IOMA te paga $250 por hora un paciente de jornada completa, lo que traducido en 8 horas hacen $2000 por día. Para atenderlo, la hora de un profesional cuesta $2500, y atiende 3 pacientes. Es decir, a un Centro le cuesta $2500 y cobra $700”.

Y añadía otro dato contundente: “Los valores que paga IOMA son exactamente la mitad de los valores que fija la Superintendencia de Salud en su nomenclador para discapacidad”.

La Superintendencia de Servicios de Salud depende del Ministerio de Salud de la Nación, y su función es regular y controlar a las obras sociales nacionales y entidades de medicina prepaga “para garantizar los derechos de los usuarios a las prestaciones”. Es, lisa y llanamente, el organismo que fija los valores de las prestaciones que tanto las obras sociaies como las prepagas deben pagar. Para ello, elabora un nomenclador.

Sirva como ejemplo otro testimonio brindado a este medio. “Los $78.600 que pagaba IOMA en diciembre por cada paciente representan apenas el 4% de todos los gastos del Centro de Día, que superan los $2 millones por mes. Si juntas a todos los afiliados, lo que ingresa por IOMA apenas supera el 60%. Si no trabajáramos con otras obras sociales, nos fundimos”.

Esta misma situación es la que están atravesando las clínicas de Mar del Plata. Y no solo en la ciudad balnearia.

También en Tandil, otra de las grandes localidades del interior bonaerense, hace años que se vive un conflicto de gran envergadura. Al día de hoy, los dos centros de salud privados más importantes de la ciudad han cortado la atención a afiliados de IOMA: la clínica Chacabuco y el Sanatorio Tandil, afectando a 24.000 personas y a 10.000 más de la zona.

El 28 de diciembre de 2022, la obra social decidió de forma unilateral- rescindir el convenio con el Círculo Médico, a quien le debían más de $90 millones, dejando así a casi 300 profesionales que ya no atienden a los afiliados.

La crisis en Tandil viene de 2021. En septiembre de aquel año, hubo una audiencia de mediación en la Defensoría del Pueblo de la Provincia entre ambas partes, pero no se llegó a nada.

Finalmente, luego de muchos meses de idas y vueltas, el 6 de febrero de este año, se anunció un principio de acuerdo, en el cual jugó un rol preponderante la Mutual 23 de diciembre, una organización constituida en 2008 y, según fuentes tandilenses, manejada por la agrupación K La Cámpora, a través de Leandro Leiva, su presidente.

A partir del convenio firmadose creó una app, llamada IOMA Digital, para las órdenes, estudios y demás”, cuenta Martín Gastaldi, integrante del grupo de autoconvocados Emergencias IOMA Tandil. Y continúa diciendo que la aplicación “nunca funcionó. Dan la opción de mandar mails pero no dan respuestas, solo llegan algunas ordenes de manera azarosa”. Según Gastaldi, el trámite por los bonos que se requiere para asistir a las consultas médicas no se otorgan y, por lo general, los procedimientos se autorizan tarde de parte la mutual.

Lo mismo ocurre en Mar del Plata, donde hay muchas quejas por la aplicación. De hecho, a partir de su lanzamiento, crearon la figura del Agente Sanitario el 7 de octubre de 2020, que, según ha trascendido, fue una manera elegante de hacer entrar a trabajar la obra social a militantes de La Cámpora.

Inclusive, hay quienes se quejan de la apertura de los más de 90 policonsultorios que viene abriendo la obra social desde 2021. “No pagan, o pagan tarde y poco, pero destinan fondos a abrir estos policonsultorios, que no están mal, pero son para otro momento. Es sospechoso que hagan esto, da que pensar”, arriesga un afiliado marplatense que integra el grupo “Víctimas de IOMA”, que funciona en la ciudad.

A lo largo de los últimos 10 años los aranceles del IOMA, por diversas causas se han devaluado, quedando sumamente desfasados ante los incrementos de sueldos, insumos y servicios. Los plazos de pago vigentes con el IOMA, debido al aumento de la inflación, han profundizados aún más este desfasaje”, avisa el comunicado de las clínicas marplatenses.

Por la situación descripta”, a la que califica como grave, “se ha colocado a nuestras instituciones en riesgo de quebranto, dependiendo de ellas más de 2.500 familias que trabajan en forma directa e indirecta; esto incide también en la posibilidad de brindar una correcta atención de pacientes con otras coberturas médicas”.

El lunes 25 de septiembre, un grupo de afiliados de Mar del Plata logró una reunión con el Director local de IOMA, Santiago González, un hombre muy allegado a Fernanda Raverta, debido no sólo a la falta de atención de las clínicas, sino a los graves problemas tales como “falta de prestaciones de cada vez más especialidades por demoras en los pagos a los profesionales, la grosera disminución del porcentaje de cobertura en audífonos, prótesis, medicamentos y tratamientos; y el pago cada vez mayor de diferenciales que deben asumir los afiliados”.

Allí, González tomó nota de todos los reclamos y prometió tratar de resolverlos, algo que se pareció más a una promesa de campaña que a un verdadero compromiso por solucionar los temas.

Pero también había asegurado que los conflictos con las clínicas estaban resueltos. Pero la realidad demostró lo contrario.

A mediados de septiembre, algunos médicos de las mencionadas clínicas confirmaron que desde IOMA se los había retirado del padrón de prestadores de manera sorpresiva e inconsulta, “entre ellos a la totalidad de los integrantes del servicio de cirugía general que hasta ahora atendían a la obra social”, según informó la Clínica Colón.

En concreto, se trata de profesionales que, debido a los bajos montos que paga la obra social, cobraban un dinero extra a los afiliados, un copago. Algo que ocurre hace muchísimos años, pero que se agravó marcadamente en los últimos tiempos.

En verdad, esta situación se blanqueó desde que comenzó octubre en todo el país, cuando entró en vigencia el honorario ético médico mínimo una especie de copago impulsado por más de 30 asociaciones médicas nacionales, debido, entre otras cosas, a los bajos ingresos de los profesionales.

Lamentablemente, la Salud brilla por su ausencia en los debates de campaña.

pablo@elobservadoronline.com.ar

@PortaluppiPablo

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