Pablo Portaluppi
“Con gran preocupación, quienes integramos la comunidad educativa del establecimiento, vemos el avance de la apropiación del edificio de la ex colonia Alfonsina Storni que compartimos, por parte del Sindicato Único de Trabajadores de Edificios de Renta y horizontal (SUTERyH) quienes han logrado lo que a esta institución no se le brindó: la ampliación del edificio con la consecuente puesta en valor”.
Estas contundentes palabras pertenecen al director de la Escuela de Educación Secundaria 25 de la ciudad de Mar del Plata, Luis Distéfano, y están dirigidas a la Dirección General de Cultura y Educación de la provincia de Buenos Aires.
¿El motivo? La falta de espacio para desarrollar sus tareas educativas, y un gran silencio por parte de las autoridades, que no sólo no emiten ningún tipo de respuesta a los continuos pedidos, sino que además convalidan con su omisión la apropiación de los predios por parte de sindicatos y organizaciones sociales. Espacios que bien podrían ser utilizados para la ampliación y la construcción de nuevos establecimientos educativos.
Una postal que lamentablemente se repite en el distrito.
La 25 está considerada la mejor escuela provincial de la zona. Ubicada en la calle Libres del Sud entre Mariani y Daprotis, tiene cerca de 1.040 alumnos distribuidos en 42 cursos, y sus instalaciones, además de ser muy confortables, están muy bien mantenidas. Pero, al igual que lo que ocurre con muchos establecimientos, no tiene vacantes. Y comienza a sufrir la falta de espacio.
“Tenemos en estos momentos más de 150 chicos en lista de espera. Y lo mismo pasa en otras escuelas”, cuenta su director. Y agrega: “Luego de dos años con clases intermitentes, es una locura que una ciudad como Mar del Plata no pueda satisfacer toda esa demanda”.
En el partido de General Pueyrredon, que también abarca las localidades de Batán y Sierra de los Padres, hay 274 colegios provinciales estatales, que albergan unos 90.000 alumnos, y 84 escuelas municipales, con un aproximado de 23.000 chicos.
La escuela 25 tiene su origen en los Anexos creados en 1968 de la Escuela Nacional de Comercio N° 1 y el Colegio Nacional N° 1, debido al excedente de sus matrículas. El 29 de abril de 1986, uniendo ambos anexos, el Ministerio de Educación de la Nación creó la Escuela Nacional de Comercio N° 2 con Bachillerato Anexo, como establecimiento independiente.
En el año 1994 el establecimiento fue transferido a la Provincia de Buenos Aires, adoptando el nombre actual. Tres años después, fue la propia escuela la que gestionó y concretó la creación de la EGB N° 75, que funciona en el mismo predio. Con el paso del tiempo, la matrícula fue creciendo, pero dicho crecimiento no fue acompañado por una ampliación de las instalaciones.
Una práctica tristemente habitual en la Argentina, cuando de salud y educación se trata.
En los terrenos que hoy ocupan ambos colegios funcionó la colonia Alfonsina Storni, creada en 1937 con fines pedagógicos y sanitarios. Al poco tiempo, se convirtió en un éxito albergando miles de chicos durante las vacaciones de verano. Pero desde fines de los 90, quedó literalmente abandonada.
A raíz de ello, el enorme predio de 4 manzanas, comprendido entre las calles Acevedo, Libres del Sud, Mariani y Patagones, comenzó a ser anhelado por las escuelas, que buscaban ampliar sus instalaciones para poder recibir más alumnos y disponer de mayor lugar para diferentes actividades.
Si bien una parte de él ya lo ocupaban ambos establecimientos, el edificio abandonado de la ex colonia tiene capacidad para albergar unas 1600 personas. Originalmente, los terrenos dependían del Ministerio de Educación de la Nación, pero también la provincia de Buenos Aires tenía injerencia en su posible destino.
A comienzos de 2015, el concejal marplatense Daniel Rodríguez propuso destinar el predio abandonado al plan Procrear para la construcción de viviendas, pero por la oposición de los vecinos, la iniciativa no prosperó. Fue entonces que el ex titular de la cartera educativa, Alberto Sileoni, firmó un convenio para la adjudicación de las obras de refacción y puesta a nuevo de la Colonia, que se pensaba utilizar como sede del Programa Turismo Educativo y Recreación.
Pero aquella propuesta apenas duró un suspiro. Por lo que los colegios seguían insistiendo en su petición. Y las autoridades seguían mirando para otro lado.
Hasta que apareció el SUTERyH de Victor Santa María, que obtuvo parte del predio a fines de 2019 durante el final de las gestiones de Mauricio Macri y María Eugenia Vidal. Y ya durante los gobiernos de Alberto Fernández y Axel Kicillof, comenzó a construirse en el lugar la “Escuela-Hotel Instituto Superior de Formación Técnica 222”.
El Instituto tiene como objetivo, de acuerdo al comunicado del gremio, “formar profesionales capacitados para desempeñarse a nivel local, regional e internacional en los niveles de conducción general o administrativa del sector hotelero y gastronómico”.
“El predio es una cesión del Organismo Público de Bienes del Estado y la planta docente es financiada por la Provincia”, reconocieron desde el SUTERyH.
El problema es que los contribuyentes bonaerenses están pagando los sueldos de muchas personas que no van a trabajar sencillamente porque el lugar no registra ningún tipo de movimiento. Aunque desde el sindicato afirman que la carrera ya tiene 50 alumnos.
Originalmente, se iba a inaugurar a fines de 2021. De hecho, en plena campaña electoral para las elecciones legislativas de aquel año, la titular de ANSES y ex candidata a Intendente de Mar del Plata, Fernanda Raverta, y su marido, el entonces candidato a senador provincial, Pablo Obeid, visitaron el establecimiento, se sacaron fotos e hicieron las declaraciones de rigor.
“No hay nada”, cuentan fuentes del colegio 25. “Nunca vimos gente, alumnos, docentes. Nada”, agregan. En diálogo con este medio, su director, Luis Distéfano, un hombre con una trayectoria en el ámbito educativo de más de 30 años, sostiene que “no nos oponemos a que se haga el Instituto, el asunto es que de vez en cuando los gobiernos también se acuerden de la educación”.
“Nuestras necesidades son sistemáticas postergadas por los sindicatos”, agrega. Y remata: “Esto pasa con muchos gremios en la ciudad”.
Pero el asunto se tornó aún más indignante durante la administración actual del gobernador Kicillof. “El rol de la provincia es indisimulable. Acá vinieron funcionarios bonaerenses a ver las obras, y quien autorizó el funcionamiento del Instituto es el gobierno bonaerense”, explica Distéfano.
“Desde la Fateryh (Federación Argentina de Trabajadores de Edificios de Renta y Horizontal), conjuntamente con la dirección general de Cultura y Educación de la Provincia, decidimos llevar adelante un campus con el objetivo de que en Mar del Plata se pueda formar personal capacitado para desempeñarse en los servicios gastronómicos, turísticos y dentro de la industria de la hospitalidad”, informó el referente de Educación y Trabajo del SUTERyH, Gustavo Álvarez.
Ya no quedan dudas al respecto.
Pero el problema se agrava. Recientemente, se pudo ver que el resto del predio que no había sido cedido al SUTERyH, sobre la calle Libres del Sud donde estaba la entrada principal de la colonia Alfonsina Storni, apareció cercado y con una garita de seguridad.
“Es muy raro. No estaba así. Es evidente que se lo dieron”, cuentan. Este medio se comunicó con la empresa que alquiló las garitas, que detallaron que el servicio lo contrató una cooperativa dedicada a la seguridad: “Nos contrataron de ahí, no recuerdo el nombre. Tienen varias garitas en todo el predio, con seguridad las 24 horas”, dijeron.
El propio gremio explicó que “hay dos alas: en una va a funcionar propiamente el Instituto, que ya se ha oficializado, y donde se lleva a delante la Tecnicatura superior en hotelería. El objetivo es sumarle otra carrera en el futuro, la Tecnicatura Superior en Hospitalidad y también queremos agregar la de Gestión Deportiva y otros cursos cuatrimestrales”. Este parece ser el destino del nuevo espacio.
En el pedido por escrito que hiciera Distéfano a la Dirección de Cultura y Educación, fechada el 28 de marzo de este año y canalizada a través del Consejo Escolar de General Pueyrredón, se explica claramente.
“En estos días, y pese a los pedidos oportunamente realizados para permitir a nuestra secundaria contar con espacios para aulas, SUM y otros debido a la matrícula de más de 1000 estudiantes, vemos que el SUTERyH está cercando el resto del predio que era pretendido por las dos escuelas que históricamente tienen asiento en el predio y que no tienen los espacios necesarios”.
El pedido no es nuevo. El 17 de enero de 2020, apenas asumidas las nuevas autoridades, Luis Distéfano ya había requerido información al Consejo Escolar y ante la Unidad Educativa de Gestión Estatal (UEGD) sobre “la aprobación del funcionamiento” del Instituto construido por el gremio con apoyo del Estado.
En ambos casos, la respuesta fue la misma: Silencio. Pero ha trascendido que el tema ni siquiera fue tratado en una sesión del cuerpo ya que la orden bajó directa desde La Plata.
Por lo que se puede observar, en el predio hay una inversión millonaria. Además de tener seguridad las 24 horas, el espacio cuenta con una imponente iluminación y una cancha de futbol de dimensiones profesionales que contrasta fuertemente con la canchita que utilizan los estudiantes de las escuelas 25 y 75.
No conforme con ello, también se proyecta la instalación de un restaurant.
El Instituto “tiene aulas con un diseño innovador, espacios que se pueden adaptar según las necesidades pedagógicas. Se pueden convertir en un aula magna o dividir en dos o cuatro aulas”.
Además, el lugar cuenta con sala de informática, biblioteca, una gran aula gastronómica, espacio de estar común para los estudiantes, huerta orgánica de enseñanza, cuyos productos se utilizarán en el restaurante, y un playón deportivo, que también podrán utilizar los alumnos.
El contraste con las escuelas provinciales es cada vez más notorio e indignante, con chicos que no pudieron concurrir a clase durante los días más fríos del invierno por falta de calefacción.
En el pedido que hiciera Distéfano al Consejo Escolar el pasado 28 de marzo y que aún no tiene respuesta, queda aún más expuesto aquel contraste: “Más aún, ese sector (N d R: la parte del predio aún abandonada) no solo puede albergar ampliación de nuestros espacios, sino también cubrir la necesidad edilicia de la escuela especial 515 y del Instituto Superior 151, que comparte edificio con la primaria 20, y que podría brindar su oferta académica en un espacio adecuado e incluso articular con las secundarias de la zona”.
La sede de la 515, una de las 19 escuelas especiales que hay en Mar del Plata, destinada aquella a 117 chicos sordos e hipoacúsicos, funcionaba en el fondo de una casa, y en la actualidad lo hace en aulas prestadas en dos establecimientos. Por ello desde diversos sectores vienen pidiendo hace años un nuevo edificio para la escuela.
Y la respuesta es la misma. Nada.
Nadie se opone a las iniciativas de los sindicatos, en este caso el de los porteros, que le brindan a sus afiliados una muy buena cobertura. El asunto es el lugar que ocupa la educación en la agenda de los dirigentes.
“Una vez más, y sin importar la gestión política de turno, se apuesta a sostener propuestas educativas de sindicatos que se contraponen con la oferta de nuestras escuelas provinciales y, en este caso en particular, no sólo se sostiene económicamente con el pago de sueldos sino también entregando un edificio histórico sin respetar las instituciones que ocupan parte del sector desde hace décadas”.
Más claro, imposible.
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@PortaluppiPablo
El título dice que soy Licenciado en Periodismo, pero eso poco importa. Lo más importante es que solo dependo de mi.