El docente, culpable de todos los males

Siempre fui crítico respecto al docente que se toma todas las licencias posibles, al que se adhiere a un paro porque no descuentan, al que mira para el costado sin comprometerse con su profesión, a los directores que solo están para jubilarse mejor, entre otros. Pero en el sistema existen miles de colegas que sostienen la educación pública con “todas en contra”

Un profesor recibe un insulto cuando le pide a su alumno de 5° año que guarde el celular, y cuando se acerca para pedirle nuevamente que guarde el dispositivo y la respuesta es enfrentarlo cara a cara, agraviarlo y salir pegando un portazo.

Frente a esta situación, la mayoría de sus compañeros ríe y graba todo para subirlo a las redes sociales.

El profe pide la presencia de un preceptor para que busque al estudiante que se retiró porque si algo le pasa, será su responsabilidad. No puede abandonar el aula porque tiene a su cargo al resto.

El equipo directivo hablará del acuerdo de convivencia y el alumno realizará un trabajo práctico a modo de reflexión y reparación. Instantes más tarde volverá al aula como si nada y todo seguirá igual.

En una primaria, suena el timbre y la maestra, luego de una hora compleja en la que con suerte pudo explicar algún tema entre niños con diversas características y múltiples situaciones áulicas, pide a sus alumnos que salgan ordenadamente al recreo.

Éstos harán caso omiso a la docente y saldrán corriendo y empujándose. Se cruzarán con otros cientos de compañeros en pasillos y patios. Asimismo, dos de ellos se quedaron discutiendo y peleando. Interviene para separarlos, es golpeada por uno de ellos y, mientras tanto, en el patio una niña se cae y se rompe un diente. Se llama al servicio de emergencias que tal vez en el transcurso de la mañana se apersone.

Quien sí se presenta es la madre que pedirá por la responsable, la insultará y hasta golpeará. Luego pedirá audiencia con la Inspectora y la intervención iniciará con una investigación para deslindar responsabilidades en la que la maestra será separada del cargo durante el lapso del proceso. Final incierto. Faltan recursos humanos y no hay reglas de convivencia claras pero la responsabilidad siempre es del docente.

En otra secundaria, una alumna esgrime ante su profesora su derecho a ir al baño en horario de clases. Sale hacia el sanitario, pero en lugar de ir allí se encuentra con otra estudiante de otra división e inician una violenta pelea. El griterío se escucha y se acercan preceptores, profesores y alumnos. Mientras todo se filma, se logra separar a las alumnas. Irán a Dirección y…adivinen…una actividad de reflexión reparación porque “las amonestaciones son de la dictadura” y no están permitidas.

Al día siguiente, en la entrada del turno se presenta la madre de una de ellas y le da un cachetazo a la circunstancial oponente de su hija frente al resto del colegio. Se inicia una batalla campal en las puertas de la escuela que veremos en TikTok. ¿Los docentes y directivos? ¿si llegaron es conveniente legalmente que intervengan? ¿se llama a la policía? ¿qué pasa con los menores? ¿es posible que haya alumnos o padres armados? …revisar no se puede y detectores de metales no existen…. Sí existe un protocolo de actuación….

En un jardín que finaliza el turno a las 17 hs, los padres de tres niños no los retiran. Ya transcurrió media hora del cierre y la maestra permanece fuera de su horario con estos menores a su cargo. ¿Quién es responsable si sucede algo?

A la diaria labor en la escuela y en casa, se suma el desgaste psicológico de atender alumnos con hambre o víctimas de abusos o violencia. En los casos de adolescentes, acompañarlos a veces en efectivizar una denuncia en los organismos correspondientes. Cuando las familias son parte del problema, las escuelas son los únicos refugios de los vulnerables.

Esta semana se viralizó una respuesta en el cuaderno de comunicaciones escolar de una madre que invitó a reflexionar a una docente que realizaba observaciones de su hija tales como “se para en clase, habla con sus compañeros, se demora al salir al recreo, juega y corre en el patio… “

Los comentarios a las publicaciones pasan por todos los matices. Docentes que explican que no se puede dar clases con interrupciones permanentes o distrayendo al resto de los treinta o cuarenta compañeros, que si se demora al salir al recreo la docente deja de cuidar al resto, y que si corre en el patio tiene riesgo de lastimarse y sus padres serán los primeros en cuestionar/denunciar a la maestra.

Del otro lado se sugiere que “ahora no hay vocación”, que, si no pueden cuidar a sus alumnos “pongan un kisoco”, que “las docentes de antes se hacían cargo de más alumnos y que se las respetaba” como si la falta de este valor fuera responsabilidad de los docentes y no de las políticas educativas que nos bajan desde hace décadas.

En este presente educativo existen pocos caminos para los docentes:

  1. Pelearse con el sistema, directivos, padres y hasta colegas para que se impongan límites, se recupera la convivencia, se exija y se premie el esfuerzo
  2. Mirar para el costado, bajar la cabeza, afrontar la violencia, aprobar a todos y dejar que todo fluya.

Personalmente creo en otro, lograr un acuerdo institucional que incluya a las familias y avanzar en la autonomía institucional que proponen las leyes educativas pero que no te habilitan las autoridades. Para esto se requiere de directivos comprometidos con la batalla que deberán dar con sus superiores pero sostenidos por padres y docentes cuyo mayor interés es el superior del niño y/o adolescente.

Existen numerosos ejemplos de escuelas estatales y privadas que logran sus objetivos.

El desafío será compartir las experiencias y dar herramientas para revertir la catástrofe educativa y social que se avecina. Las futuras generaciones lo agradecerán

Prof. Luis Distefano

Director de www.profe.ar

@DistefanoLuis en X

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