Por lo general, los datos estadísticos se dan a conocer en forma separada, aislada y distanciada por un lapso de tiempo. Pero cuando esos mismos datos se colocan todos juntos, la perspectiva que se obtiene es muy distinta. Y también, mucho más preocupante. En especial, si las cifras difundidas refieren a la situación social.
El ejemplo se aplica a la perfección en Mar del Plata, una de las ciudades más pobladas del país, y la más importante del llamado “interior” de la provincia de Buenos Aires, es decir, por fuera del conurbano.
En los primeros días de agosto, el Observatorio de la Deuda Social Argentina publicó que en General Pueyrredon, la densidad de habitantes en situaciones de vulnerabilidad había crecido y más de la mitad de los habitantes de Mar del Plata y Batán eran pobres: 52,2% en Mar del Plata y Batán. En cuanto a la indigencia, el porcentaje era del 10,2%.
Sobre ese dato, que no debería sorprender ya que la pobreza a nivel nacional estaría llegando al 55% de la población, se asienta otro aún más preocupante: de acuerdo a estimaciones del Consejo de la Niñez, la pobreza infantil treparía en la ciudad al 53%.
“Vemos problemas en infraestructura, en las casas del niño, los centros de protección, en los centros de atención primaria de la salud y escuelas. En todos estos sitios funciona la política pública de niñez y adolescencia, que está en estado de emergencia”, sostuvieron desde el Consejo.
Cabe aclarar, sin embargo, que el Consejo de la Niñez local está cooptado por el kirchnerismo, y, afirman, terminó siendo un reducto desde donde se hace política y adoctrinamiento. Y poco decían durante el gobierno de Alberto Fernández, donde la situación social también era muy delicada.
Como lo consigna que, según recientes datos revelados por la Universidad Católica Argentina (UCA), el año 2023 terminó con un 62,9% de los niños y adolescentes viviendo en situación de pobreza y un 16,2% en la indigencia, las cifras más altas registradas desde 2010.
Es decir, 6 de cada 10 chicos ya eran pobres e indigentes el año pasado.
Mientras en 2016, la pobreza infantil era del 46,1%, siete años después llego al 63%. Es decir, aumentó casi un 40%. En números reales: 1.200.000 más de chicos pobres.
Y este año la tendencia parece empeorar.
De acuerdo a datos proyectados en abril de 2024, “La prevalencia de la pobreza monetaria en la niñez y la adolescencia para el primer trimestre de 2024 alcanzaría valores en torno al 70% -de mantenerse las tendencias actuales-, mientras que la indigencia llegaría al 34%, con repercusiones en el bienestar actual y de largo plazo” afirman desde UNICEF Argentina.
Más datos preocupantes.
En julio pasado, el Instituto de Investigación Social, Económica y Política Ciudadana (Isepci) informó que el 47,1% de los niños que asisten a comedores de Mar del Plata y Batán sufren malnutrición.
El trabajo relevó a 1.811 niños que asisten a 36 comedores y merenderos distribuidos en 33 barrios del partido de General Pueyrredón.
Se difundió que un 47,1% sufrían malnutrición sobre un total relevado de 1.665 niños de 2 a 18 años. De ese número, presentó sobrepeso un 22,5% y obesidad un 23,2%. Mientras que el indicador de déficit por bajo peso fue de 1,3%, y en riesgo de bajo peso, casi 2,3% de la población relevada.
El informe arrojó también cifras preocupantes respecto a la situación nutricional de los lactantes: el 41,1% relevado entre 0 a 2 años se ubicó en algunas de las variantes de malnutrición.
“Todos estos niños, niñas y adolescentes integran grupos familiares afectados por múltiples vulnerabilidades. Uno de los principales condicionantes son los límites que imponen los reducidos ingresos que disponen para alimentarse: no hay elección ni posibilidad de hacerlo en cantidad ni en calidad, con los requerimientos nutricionales para el periodo de crecimiento”, apuntan desde el organismo.
Por definición, según la Organización Mundial de la Salud (OMS), la malnutrición “abarca la desnutrición (emaciación, retraso del crecimiento e insuficiencia ponderal), los desequilibrios de vitaminas o minerales, el sobrepeso, la obesidad, y las enfermedades no transmisibles relacionadas con la alimentación”.
Con todos aquellos datos, el futuro estaría seriamente hipotecado y no menos comprometido. Pero hay más.
Mar del Plata es una de las ciudades bonaerenses con más cantidad de causas iniciadas por tenencia de drogas para consumo personal, de acuerdo a estadísticas públicas difundidas por el propio Ministerio Público Fiscal de la provincia de Buenos Aires, en su habitual reporte anual “Informe de Estadísticas Penales”.
Los datos a nivel provincial de 2023 dan cuenta de la apertura de 76.390 procesos penales: de ellos un 66,4% correspondieron a comercialización; un 3,65% por tenencia simple; un 25,9% por tenencia para consumo; y un 3,9% calificado como otros.
En el caso del Departamento Judicial Mar del Plata (que también incluye a Balcarce, Mar Chiquita y General Alvarado) el informe reporta que fueron 3.109 las causas iniciadas a 2023, lo cual representa un 4,07% del total provincial.
El informe analiza las causas iniciadas a nivel provincial por tenencia de drogas para consumo personal, y en ese contexto, destaca en que la mayor cantidad de aquellas causas están concentradas en cinco distritos judiciales entre los que aparecen Dolores 14,08%, Morón (12,58%), Mar del Plata (9,67%), Azul (8,35%) y San Nicolás (8,25%), que en conjunto hacen el 52,93% del total de las investigaciones iniciadas.
A su vez, desde los distintos Centros especializados en el tratamiento de adicciones, advierten que en Mar del Plata el consumo creció en forma ”exponencial”, pero “la prevención se ha desfinanciado” y, por los elevados costos, “cada vez más adictos quedan excluidos de los tratamientos”.
Desde la Posada del Inti, una de las ONG más reconocidas de la ciudad “que aborda la Prevención, Asistencia e Integración Social de Trastornos Psicofísicos y Sociales diversificada en diferentes Programas”, además de quejarse por la falta de recursos y de apoyo por parte del Gobierno Nacional, avisan sobre “el crecimiento exponencial de consumo que hay en la ciudad, esto lo vemos todos, sabemos lo que está pasando, en la clase media, como el consumo problemático y el trastorno del uso de sustancias se acrecienta cada vez más”
Y afirman que “Mar del Plata no está pasando un buen momento, hay un altísimo consumo de sustancias de todo tipo: cocaína, marihuana, cocaína fumada y drogas de diseño, con un Gran Mar del Plata que crece cada vez más, elevados índices de violencia y altísimos niveles de desocupación”.
Por último, tal cual lo publicara este medio, las investigaciones por delitos contra la integridad sexual crecieron más de un 20% en 2023 respecto a 2022 en el departamento judicial de Mar del Plata.
La Procuración bonaerense registró en la región 610 investigaciones por abuso sexual simple, 166 por abuso sexual con acceso carnal, y 185 catalogadas como “otros delitos contra la integridad sexual”, lo que arroja un total de 961 investigaciones durante el año pasado. En 2022, se habían registrado 799.
Datos, al menos, para prestarles un poco de atención.
Antonela Martina