Un informe electoral de 2017 abre interrogantes sobre la transparencia de las elecciones en Argentina

Por Pablo Portaluppi

A menos de siete días de las PASO, un análisis sobre el escrutinio de las elecciones legislativas de 2017, en la categoría para Senadores en la Provincia de Buenos Aires, arroja un manto de dudas sobre el desempeño tanto del Correo como de INDRA, empresa que tendrá nuevamente a cargo el monitoreo de los datos del recuento provisorio de votos, como viene sucediendo desde 1997, con excepción de los últimos comicios de 2019. Vale recordar que la firma de capitales españoles sufrió denuncias de corrupción en su propio país y también en Brasil.

Telegramas con datos borrosos e ilegibles, validados por INDRA; otros adulterados y con errores de confección; diferencia de criterio de validación de datos y errores de carga, son solo algunas de las irregularidades detectadas en el estudio, que fue realizado por un grupo de trabajo oriundo de la ciudad de Córdoba a instancias de un importante referente social de La Matanza. El mismo circuló en despachos oficiales y fue presentado el 22 de agosto de 2017 ante el entonces Jefe de Gabinete, Marcos Peña.

Similar problema se observó en las elecciones de 2019, en especial en unas mesas testigo de La Matanza, que consagraron al actual Presidente, Alberto Fernández. Pequeñas diferencias que en unos comicios de medio término, que definen primeras y segundas minorías en el Congreso, pueden resultar determinantes para el futuro inmediato de un país. El trabajo posa su mirada no sólo sobre INDRA, sino más que nada sobre el Correo. Como se dijo, ambas empresas volverán a estar a cargo del proceso electoral que se avecina.

En las PASO de 2017, en cuanto a la elección de Senadores Nacionales por la Provincia de Buenos Aires, Unidad Ciudadana, que llevaba a la actual Vicepresidenta Cristina Kirchner como cabeza de lista, se impuso por 0,21% (20.324 votos), obteniendo 34,27% contra 34,06% de Cambiemos, con Esteban Bullrich como principal candidato. Sin embargo, el informe determinó que quien triunfó en la elección bonaerense fue la coalición comandada por Mauricio Macri, con una diferencia de más de cien mil sufragios. Finalmente, en la elección definitiva del 22 de octubre de 2017, ello se confirmó ya que Bullrich obtuvo una resonante victoria sobre la ex presidenta con una ventaja de más de 382.000 votos.

A través de la Decisión Administrativa 534/2021, con las firmas del jefe de Gabinete, Santiago Cafiero, y el ministro del Interior, Eduardo “Wado” de Pedro, el Gobierno de Fernández adjudicó la licitación a INDRA, por presentar la mejor oferta. Según el pliego aprobado de la Licitación Pública de Etapa Única Internacional Nº 81-0022-LPU20 del Ministerio del Interior, INDRA ganó con una propuesta valuada en $1.594.702.340 por el servicio de “diseño, planificación, desarrollo y operación del servicio de digitación, procesamiento y publicación para el Recuento Provisional de Resultados a nivel nacional y distrital”. A tal efecto, la empresa contrató a 1170 personas.

La oferta corresponde tanto para las elecciones Primarias Abiertas, Simultáneas y Obligatorias (PASO) como las generales de legisladores nacionales, conjuntamente con las elecciones ejecutivas y legislativas provinciales así como municipales que se realicen de forma simultánea durante el año 2021.

INDRA estuvo al frente del escrutinio provisorio de votos prácticamente en todos los comicios de los últimos veinte años, desde 1997 y hasta 2017, es decir, que estuvo en todas las elecciones durante los gobiernos kirchneristas. En las presidenciales de 2019, la firma a cargo del operativo electoral fue la estadounidense Smartmatic. Perodicha firma no se quedará totalmente afuera en este turno: bajo su órbita estará la transmisión de los telegramas, que informan los votos consignados por las autoridades de mesa.

Por su parte, mediante la Disposición Administrativa 783/2021, también con las firmas de Cafiero, y de Wado de Pedro, se anunció que el Correo Oficial de la República Argentina SA se encargará de la prestación del servicio de diseño, planificación, desarrollo y operación del servicio de recolección, digitalización, transmisión y entrega de telegramas de mesa en ambos comicios.

Para comprender mejor las irregularidades detectadas en 2017, caben repasar los pasos que se siguen en una elección. Una vez confeccionados por las autoridades de mesa, los telegramas son retirados por un empleado del Correo, quien los acerca al Centro de Transmisión Electoral ubicado en la misma escuela. El software para el escaneo y la transmisión es provisto por Smartmatic.

Los telegramas se escanean y se envían a un servidor central para que comiencen a ser procesados por los sistemas de INDRA. Al acta que confecciona cada autoridad de mesa – los fiscales de los partidos se quedan con otra planilla con el resultado del escrutinio- se le agrega un documento impreso que da cuenta de que se transmitieron la misma cantidad de telegramas que de mesas habilitadas en dicha escuela. Una vez que los telegramas se envían desde las escuelas, un servidor central remite la imagen a los digitalizadores que de forma manual los cargan en el sistema de recuento.

El trabajo en cuestión fue elaborado en base a las PASO celebradas en agosto de 2017. En el mismo, se detectaron telegramas con datos borrosos e ilegibles, sorprendentemente validados por INDRA, a los cuales solamente les cargaron los datos que podían leerse. A criterio de soslayar fallos en el sistemadeescaneo, se revisaron los telegramas inmediatamente anterior y posterior, pero ambos lograron visualizarse con calidad y nitidez. “Es muy probable que, en el lapso que transcurre entre la recolección del telegrama y su transmisión, algunos telegramas sean adulterados pasándole algún elemento que cubra temporalmente los casilleros con datos”, concluyeron.  

 El informe reza, textual: Filtrando la base utilizando el campo de validación de registro, hicimos un muestreo de las imágenes de telegramas en internet. Los mismos figuran con la leyenda “No computado”. El argumento principal  para refrendar el rechazo: ‘no están completos los campos, y las sumas no coinciden‘. Y puntualiza: ‘Visualizando en detalle los telegramas, se puede observar que la segunda hoja del mismo, donde están los datos de Cambiemos, está totalmente en blanco’. Detalle que se superpone a las más de 470 mesas de la provincia en donde el oficialismo obtuvo cero votos. Esto es, que, al parecer, no fue votado siquiera por sus propios fiscales. 

También se observaron groseros errores en la confección de los telegramas, “error atribuible a la falta de capacitación de fiscales de mesa, por no ayudar a completar correctamente ni controlar el telegrama y de los presidentes de mesa por la misma razón”. Así mismo, añaden que “detectamos muchos telegramas con similares fallos (datos borrosos, u hojas en blanco, cuyos totales por columna no coinciden con la sumatoria de columna), algunos fueron tipificados como “incidencia definitiva” (datos no ingresados por error de validación) y otros fueron tipificados como “grabados” (datos ingresados a la base, a pesar de no coincidir los controles)”.

En otro orden, apuntan que “hubo muchos telegramas donde falló la carga de datos (no ingresaron la segunda hoja del telegrama, a pesar que se visualizan nítidamente los datos de dicha hoja); sin embargo figuran tipificados como “grabados”, lo que “demuestra que INDRA no procesa, en forma cruzada, todos los telegramas a través de dos data enters (para verificar que ambas cargas coincidan)”.

En concreto, se detectaron 595 mesas con telegramas adulterados, cuyos totales no coinciden en lo absoluto con la suma de las partes, lo que significan 146.069 votos positivos descartados; 7259 mesas con telegramas mal cargados (segunda hoja no ingresada), y ello remata en una sumatoria de 114.114 sufragios válidos no computados; y 933 mesas sin telegramas, con casi 240.000 votos descartados. Al cierre, los guarismos certifican un total de 8.787 mesas con errores (25,8% del total), con casi 500 mil sufragios válidos no computados (casi un 6% del total). 

La hipótesis de trabajo elegida coincidió con asignar los votos no computados al partido perdedor en cada distrito, tomando sólo a Unidad Ciudadana y Cambiemos. Y los resultados obtenidos consignan que Esteban Bullrich habría obtenido 36,17%, contra 35,05% de Cristina Fernández. Es decir, una diferencia a favor del por entonces oficialismo del 1,12%. Una brecha que creció aún más en las elecciones de octubre de 2017. ‘Esta cifra es muy significativa, ya que puede hacer variar un resultado final, influyendo en la designación de senadores y diputados nacionales‘, concluyen.

El problema fue, es y será el Correo”, señala una fuente inobjetable, experto en cuestiones electorales y veterano preparador de fiscales en el conurbano y en General Pueyrredón, aclarando que “la adulteración se produce antes que se entre a procesar los telegramas. Y la falla que tienen ambos sistemas, INDRA y Smartmatic, es que no validan ni controlan los datos ingresados”. “¿Como sería este fraude?”, se pregunta. “Sencillo: que el dato correspondiente al partido perdedor este borroso o adulterado, o que no este contabilizado correctamente en la carga de datos, o que el telegrama mismo no sea el que se firmó en la mesa electoral”.

La situación se torna aún más delicada cuando desde la oposición se está advirtiendo que no están las condiciones para poder poner un fiscal en cada mesa, a lo que se suma la apatía de la ciudadanía respecto a esta elección, al menos en esta etapa.

Pero la misma cobra sideral importancia cuando se repasan algunos datos duros. En las próximas legislativas, la Cámara de Diputados pondrá en juego 127 bancas, mientras que en el Senado, habrá 24. Más de la mitad de los cargos para la Cámara baja saldrán de cuatro distritos: Buenos Aires, Ciudad de Buenos Aires, Córdoba, y Santa Fé. Medido por fuerza política, de las 127 bancas que se definen, el 53 por ciento pertenece a Juntos por el Cambio -60 lugares- y el 42 por ciento al Frente de Todos -51-. En el Senado, el oficialismo deberá renovar 15 bancas; mientras que la principal oposición, 9.

El bloque oficialista cuenta hoy con 68 diputados cuyos mandatos finalizan en 2023. Si a las 51 bancas que pretende renovar logra sumarle apenas 10 más, podrá contar con 129 escaños, números suficiente para obtener quórum propio, que ya lo tiene en el Senado.

Estos números deberían bastar para comprender la magnitud del evento que se avecina.

pabloportaluppi01@gmail.com

@portaluppipablo

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