Entre 2019 y 2023, más de 5700 menores de edad en EEUU se sometieron a cirugías de afirmación de género, mientras que otros 8500 recibieron bloqueadores de pubertad y/o terapia hormonal.
Así lo revela la base de datos de la ONG Do No Harm, recientemente lanzada, “la primera de su tipo, de hospitales e instalaciones médicas que administran intervenciones irreversibles de cambio de sexo en niños” en aquel país.
Dicha base de datos, explica la ONG, “se puede encontrar en StopTheHarmDatabase.com y cataloga los servicios relacionados con el cambio de sexo pediátrico, incluidas cirugías, hormonas cruzadas y bloqueadores de la pubertad, en centros médicos con sede en EE. UU. entre 2019 y 2023”.
Do No Harm, afirma su propia web, «representa a médicos, enfermeras, estudiantes de medicina, pacientes y responsables políticos centrados en mantener la política identitaria fuera de la educación médica, la investigación y la práctica clínica».
«Creemos en hacer que la atención sanitaria sea mejor para todos, no en socavarla en post de una agenda política», destaca el grupo, señalando que trabaja para contrarrestar imposiciones ideológicas a la sociedad, incluidos los programas de «Diversidad, Equidad e Inclusión» (DEI), así como la «ideología de género centrada en los jóvenes.», agregan.
En total, la base de datos recién lanzada documenta a 13.994 menores tratados por disforia de género en diversos hospitales del país. El Hospital de Niños de Filadelfia encabeza la lista de proveedores de estos tratamientos, seguido por los de Connecticut y Minnesota, y solo en California se gastaron 28 millones de dólares.
Las conclusiones principales del informe fueron:
_ 13.994 niños recibieron tratamientos relacionados con el cambio de sexo
_ Se realizaron 5.747 cirugías de cambio de sexo en niños
_ Se prescribieron 62.682 recetas de bloqueadores hormonales y de la pubertad para 8.579 pacientes pediátricos.
_ Al menos 119.791.202 dólares obtenidos por tratamientos de cambio de sexo realizados a menores
Do No Harm, fundada en abril de 2022, “ha ganado rápidamente reconocimiento y ha logrado avances significativos en su misión de proteger la atención médica de las amenazas ideológicas”, afirma la propia base de datos.
Con 13.000 miembros, entre ellos médicos, enfermeras, médicos y ciudadanos preocupados en los 50 estados de EEUU y 14 países, “DNH ha logrado más de 10.000 visitas a los medios de comunicación en publicaciones de primer nivel y ha obtenido una amplia atención a través de numerosas apariciones en noticieros”, continúa.
“Con el lanzamiento de la base de datos Stop the Harm, Do No Harm se suma a nuestra misión de exponer los peligros de la medicina de género pediátrica experimental y poner fin a esta práctica”, afirmó el dr. Stanley Goldfarb , presidente de la organización .
“Este proyecto, el primero de su tipo, ofrece a los pacientes, las familias y los responsables de las políticas un recurso que revela la omnipresencia de los tratamientos irreversibles de cambio de sexo para menores en Estados Unidos. Si bien estos datos representan la punta del iceberg, este es el primer paso para responsabilizar al sistema médico por participar, y a menudo promover, intervenciones médicas depredadoras y no científicas para niños vulnerables”, agrega el médico.
Cabe recordar que en junio de este año, el Colegio de Pediatras de EEUU emitió una fuerte declaración contra las terapias a las que son sometidos los niños y adolescentes que manifiestan malestar o incomodidad con su sexo biológico.
La iniciativa de los profesionales de la salud infantil estadounidense se suma así a las decisiones que vienen tomando varios países europeos, como Suecia, Noruega y Finlandia, para frenar terapias hormonales y cirugías, especialmente en niños y adolescentes, por la falta de evidencia científica que las respalde y por los efectos nocivos que presentan: menor crecimiento, osteoporosis temprana, esterilidad, entre otros, informaba el portal Infobae.
En el texto, alegan que “las mejores pruebas e investigaciones sugieren que las cirugías, los bloqueadores de pubertad y las hormonas sexuales cruzadas perjudican gravemente a los niños”, además de que estos tratamientos “no mejoran el bienestar físico o mental de los adolescentes con disforia de género”.
“La ideología de género, la visión de que el sexo (masculino y femenino) es inadecuado y que los seres humanos necesitan ser categorizados aún más basándose en los pensamientos y sentimientos de un individuo descritos como ‘identidad de género’ o ‘expresión de género’, no da cabida a la realidad de estas diferencias sexuales innatas. (…) La ideología de género pretende afirmar pensamientos, sentimientos y creencias, con bloqueadores de la pubertad, hormonas y cirugías que dañan los cuerpos sanos, en lugar de afirmar la realidad biológica”, dicen los firmantes de la declaración.
¿Qué pasa en nuestro país?
En Argentina rige la Ley de Identidad de Género, 26.743, sancionada en 2012, que habilita estos tratamientos con la sola expresión de la voluntad del paciente. “Toda persona tiene derecho al reconocimiento de su identidad de género entendida como la vivencia interna e individual del género tal como cada persona la siente, la cual puede corresponder o no con el sexo asignado al momento del nacimiento, incluyendo la vivencia personal del cuerpo” (artículos 1 y 2 de dicha Ley)
Según la norma, toda persona mayor de 18 años “podrá solicitar la rectificación registral del sexo, y el cambio de nombre de pila e imagen, cuando no coincidan con su identidad de género autopercibida”.
No se exige como requisito acreditar ninguna cirugía de modificación corporal o terapias hormonales u otro tratamiento psicológico o médico.
La Ley también aplica para los menores de edad, aunque no las intervenciones quirúrgicas. En el país se aplican tratamientos con bloqueadores de pubertad -cuyo efecto es frenar el desarrollo sexual de los adolescentes-, la hormonización cruzada, y cirugías de reasignación de sexo, lo que incluye la extirpación de órganos sexuales sanos (castración, penectomía, histerectomía, mastectomía, etc.)
La hormonización, terapia hormonal, terapia hormonal “cruzada” o terapia hormonal de afirmación de género “consiste en la administración de hormonas con el objetivo de modificar caracteres físicos acorde al género autopercibido”.
El Decreto 903-2015, que reglamenta la Ley 26.743 de Identidad de Género, enumera 10 intervenciones sobre el aparato genital masculino y femenino. Estas intervenciones incluyen el aumento de pechos y glúteos, la extirpación de mamas, testículos, útero, ovarios y trompas, así como la construcción de genitales que puede requerir el uso de prótesis.
Pero, lamentablemente, en la Argentina no hay estadísticas ni relevamientos sobre esta sensible materia.
