La Procuraduría de Trata y Explotación de Personas del Ministerio Público Fiscal de la Nación (Protex), publicó datos sobre la línea 145 procesados durante 2023. Pero con dicha publicación queda demostrado que, al menos en la Argentina, con respecto al delito de “grooming” continúa habiendo un gran déficit de información, lo que imposibilitaría un adecuado abordaje por parte del Estado.
El grooming, según el propio MPF, consiste “en la acción deliberada por parte de una persona de acosar a un niño, niña o adolescente con fines sexuales mediante el uso de comunicaciones electrónicas, telecomunicaciones o cualquier otra tecnología de transmisión de datos”.
En Argentina, constituye un delito penal tipificado en la Ley 26.904 (art. 131), sancionada el 13 de noviembre de 2013, mientras que en 2018 se estableció esa fecha como el Día Nacional de la Lucha Contra el Grooming.
La ley establece una pena de prisión de seis meses a cuatro años a la persona que “por medio de comunicaciones electrónicas, telecomunicaciones o cualquier otra tecnología de transmisión de datos, contactare a una persona menor de edad, con el propósito de cometer cualquier delito contra la integridad sexual de la misma”.
Además, en el año 2020 se sancionó la Ley “Mica Ortega” N°27.590 para prevenir el grooming, en donde se creó el Programa Nacional de Prevención y Concientización del Grooming o Ciberacoso contra Niñas, Niños y Adolescentes (NNyA).
La 145 es una línea gratuita “de recepción de llamadas telefónicas que funciona las 24 horas todos los días del año para recibir información, solicitar asistencia y denunciar casos de trata y explotación de personas, es cogestionada por la PROTEX y el Ministerio de Justicia de la Nación, a través del Programa de Rescate y Acompañamiento a las Víctimas de Trata de Personas (P.N.R), área encargada de administrar la recepción de las denuncias telefónicas”.
De acuerdo al informe de la Unidad Fiscal, a cargo de los fiscales Marcelo Colombo y María Alejandra Mángano (foto portada), durante 2023 en Argentina la línea 145 recibió 1941 denuncias, con la Ciudad Autónoma de Buenos Aires como el distrito con más casos (219).
Mar del Plata, por su parte, es la décima jurisdicción con más casos y sus 24 denuncias realizadas en el 2023 representa el 1,2 % de los llamados que recibe dicha linea de delitos relacionados a la trata de personas, como puede ser los casos de explotación sexual y laboral o la desaparición forzada de personas.
La cifra total registrada el año pasado representa un crecimiento de casi un 25% respecto a 2022, cuando se registraron 1581 llamados. El año de más denuncias fue 2016, con 2215.
En total, desde mediados de 2015 hasta diciembre del año pasado, se han recibido un total de 15.378 denuncias.
Del total de denuncias recibidas durante el año 2023, un 43.59% (846 denuncias) corresponden a casos de posible explotación sexual. A ello, le siguen las denuncias de explotación laboral (468 denuncias), configurando el 24.11% del total. A continuación, figuran las denuncias por posible captación y oferta laboral engañosa, representando un 9.27% con 180 denuncias recibidas, mientras que se registran 139 denuncias (un 7.16% del total) que responden a otros delitos.
Seguidamente, se identifican las denuncias por desaparición de personas (135), privación ilegítima de la libertad (66), pornografía infantil (23) y posible venta de bebés y niños (21). Por último, ya con porcentajes menores al 1% están las denuncias por grooming (19), abuso sexual (18 casos), publicidad de oferta sexual y traslado (13 en ambos tipos).
Según datos de la Protex, tras analizar los últimos años se registra que “desde 2019 hasta 2021 se sostiene que la mayor cantidad de casos de explotación sexual corresponden con denuncias en prostíbulos, whiskerías o locales nocturnos”.
Sin embargo, luego de 2020, sobre todo por las restricciones en la pandemia por covid, “la vía pública volvió a ser un lugar utilizado para la oferta de servicios sexuales. El cambio de la dinámica del lugar de explotación se da en 2022, cuando se ubica en primer lugar la explotación en domicilio particular, tendencia que continúa en 2023”.
Ahora bien, cuando llega el turno de referirse al grooming, el informe comienza a “flaquear”, y parecen llenar con palabras la falta de precisiones, quedando muy expuesto cuando se lo contrasta con un trabajo realizado por una organización benéfica británica.
Primero, brindan un diagnóstico del presente, al considerar que “la pandemia aceleró el proceso de digitalización como generador de un nuevo contexto o ámbito para la explotación sexual”, destacando que “la tendencia de los últimos años destaca una evolución de las formas” de aquel delito, “desde los casos tradicionales en prostíbulos a nuevas modalidades en entornos digitales”.
“Este proceso de “digitalización” o “deslocalización”, agrega el informe, “se ve junto con el exponencial crecimiento de plataformas para vender contenido sexual, lo que permite que la trata de personas y la explotación sexual a través de medios digitales hayan encontrado nuevas formas o vías de expresión”.
Continúa diciendo que si bien esta nueva modalidad aún no se ha generalizado, “se puede observar el surgimiento de nuevos casos que es preciso identificar, gestionar, informar y litigar, en el sentido jurídico penal de situaciones de explotación sexual”.
Y aclara: “Dado que esta modalidad representa un fenómeno en desarrollo, las nuevas formas de explotación y trata de personas en línea aún no están plenamente consolidadas en el ámbito judicial y existen desafíos para la investigación, persecución y juzgamiento de estos casos”.
A su vez, y a riesgo de ser redundantes, la Unidad Fiscal especializada observa que “las víctimas se encuentran en mayor vulnerabilidad ante diferentes formas de violencia”, y que “el anonimato de los “consumidores” facilita las situaciones de acoso, la violencia psicológica y el uso indebido de las imágenes de las mujeres”.
Por último, pareciera dar un consejo cuando concluye que “las acciones constitutivas de la trata de personas (captación, ofrecimiento, traslado, recepción o acogida) deben ser identificadas de forma apropiada bajo esta modalidad en medios o entornos digitales, ya que su investigación posee particularidades”.
Ante la falta de datos, vale la pena recordar algunos conceptos ya publicados por este medio.
De acuerdo a un informe difundido por la organización benéfica británica Internet Watch Foundation (IWF), publicado en Forbes Argentina, el año 2023 fue el “más extremo jamás registrado” en cuanto a abusos sexuales a menores online, o sea, “grooming”.
En el relevamiento realizado durante el año pasado, la IWF afirma haber encontrado 275.652 páginas web que “contenían, anunciaban o enlazaban a imágenes de abusos sexuales a menores”. Se trata de una cifra récord. El dato supone un aumento del 8% con respecto a 2022.
Según el trabajo, “en 2023 se produjo un aumento del 22% en las páginas web que contenían material de categoría A con respecto al año anterior, una clasificación reservada a los tipos más graves de abuso sexual”.
“Los casos de sextorsión -en los que se utilizan imágenes, información o videos íntimos para chantajear a alguien a cambio de más imágenes o dinero- también están aumentando entre los niños”, advirtió la IWF.
Y respecto a la Inteligencia Artificial, la organización procesó 51 páginas web que contenían imágenes de abuso sexual infantil generadas por IA, la mayoría de las cuales (42) se parecían tanto a imágenes “reales” que “fueron procesadas como tales”. Otras 228 URL contenían contenidos generados por IA, pero no imágenes de abuso sexual infantil generadas por IA.
En el país, las únicas cifras conocidas las brinda la ONG “Grooming Argentina”.
En 2022, en un trabajo realizado sobre 5.557 encuestas en escuelas primarias y secundarias de todo el país, se reveló que “el 25% de los niños y adolescentes encuestados, es decir 1 de cada 4, admitió haber recibido solicitudes de fotos íntimas a través de la red”.
También, que “el 62% que utilizaban juegos en red han interactuado con personas desconocidas, ya sea a través de juegos online o en plataformas de redes sociales”. A su vez, que “siete de cada diez abusadores que piden el material íntimo a sus víctimas son desconocidos”.
Y en promedio, siempre en 2022, los chicos pasaban 6 horas diarias conectados a algún dispositivo digital.
Pero un año después la situación empeoró.
De acuerdo a la ONG Grooming Latam, en la Argentina, “el tiempo que los chicos de entre 9 y 17 años pasan en Internet supera las 7 horas diarias”. También, “7 de cada 10 chicos recibieron propuestas de noviazgo a través de las redes sociales o juegos online, mientras que al 25% se les solicitaron imágenes en contexto de desnudez”.
Es lo que hay.
Antonela Martina