Aunque lo niegue una y otra vez, el Gobierno de Alberto Fernández viene practicando ajustes allí donde menos se ve y en áreas en las cuales tal vez no debería hacerlo.
En el Presupuesto vigente para este 2023 que presentó el ministro de Economía y precandidato presidencial Sergio Massa, y que aprobó el Congreso de la Nación, se contempla un importante ajuste que ya se está llevando a cabo en el ministerio de Educación, mayormente en Infraestructura. Nada menos.
Así lo advierten desde el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia, más conocido como UNICEF, en un documento titulado “El presupuesto transversal dirigido a la niñez y la adolescencia para 2023”.
Este escenario se da en un contexto donde la inversión que hace el Estado para la niñez y adolescencia viene cayendo lenta pero sostenidamente, como informó este medio.
Mientras que las erogaciones previstas en aquel sector de la población en el Presupuesto 2022 representaban el 2,05% en relación al PBI, para este año las mismas cayeron al 1,84%, “lo que equivale a una caída del orden del 10% en términos de nivel de actividad”.
En relación a Educación, las partidas que sufrieron caídas en términos reales en comparación con el año pasado son, entre otras, las destinadas a la construcción y equipamiento mobiliario de edificios educativos de nivel inicial, a través del programa “Fortalecimientos de Jardines infantiles”, y también para la edificación y remodelación de los Centros de Desarrollo Infantil, espacios que tienen como objeto atender “en forma integral a los niños y niñas entre 45 días y hasta los 4 años de edad inclusive”.
“El Presupuesto para la ampliación de la oferta de los servicios de educación y cuidado para la primera infancia muestran signos de alerta” para el año en curso, consigna el trabajo.
De acuerdo a la ley de leyes, las erogaciones para el sector para 2023, son de casi $ 1.5 billones. De este modo, los fondos para el ministerio que dirige Jaime Perczyk representan el 5% del total de gastos previstos para el año, cuando en 2022 la inversión educativa representó el 5.5%. Es decir, que habrá un ajuste cercano al 9%.
Medido en pesos, representa un incremento de un 50% respecto a 2022, cuando al 31 de diciembre, según datos publicados en Presupuesto Abierto, se llevaban gastados $1 billón. Cabe señalar que el Presupuesto 2022 no fue aprobado por el Congreso, por lo que se amplió el previsto para 2021.
Pero si se toma la tasa de inflación pautada por el propio Gobierno del 60%, en verdad habría una reducción de 10 puntos en los gastos educativos. Peor aún. Tomando el nivel de precios real, en torno al 120% anualizado, el ajuste sería más brutal: 70 puntos porcentuales.
Lo que estaría demostrando que la principal herramienta de ajuste que maneja el Gobierno es la inflación.
El trabajo de UNICEF advierte que “el programa de construcción y fortalecimiento de jardines de infantes sufre una reducción de entre 14% y 28% en términos reales” en relación al año pasado.
En verdad, la caída es mucho mayor. Los fondos asignados para dicho ítem son de $37.483.229.505, es decir, $37 mil millones, mientras que lo previsto para 2022, de acuerdo al proyecto que no fue aprobado pero que se ejecutó, era de $34.910.494.638, o sea, casi $35 mil millones. Tomando la inflación, representa una reducción prácticamente del 100%.
Otro programa fundamental que verá reducido su presupuesto es el de “Infraestructura y Equipamiento”. Mientras que para este año, el mismo es de poco más de $34 mil millones, el de 2022 fue de $25.700 millones, lo que representa una mejora del 35%.
Pero con el costo de vida al 120% anual, es un ajuste del 65%.
Pero eso no es todo. “Este desfinanciamiento para 2023 se suma al recorte presupuestario realizado en agosto de 2022”, avisa UNICEF.
A través de la Decisión Administrativa 826 del 20 de agosto de 2022, Economía dispuso un recorte de $50.000 millones en los gastos del ministerio de Educación, impactando severamente en el plan Conectar Igualdad, y en las obras de infraestructura escolar y fortalecimiento edilicio de jardines de infantes.
Es decir, que el ajuste ya venía de antes. Aunque cabe señalar que el organismo destaca que el programa Conectar Igualdad volvió a priorizarse para este año, con una partida de $109 mil millones.
Otro ítem que baja es el “Fondo Nacional de Incentivo Docente”. Con un presupuesto fijado en $125 mil millones para 2023, representa una suba nominal del 80% pero una caída real de 40 puntos ($68.600 millones)
Otros programas que bajan fuerte, remarca UNICEF, son los de “Gestión Educativa y Políticas Socioeducativas”, “Innovación y Desarrollo de la Formación Tecnológica”, “Fortalecimiento de la infraestructura social del cuidado y sanitaria”, y “Apoyo al Plan Nacional de Primera Infancia”.
Si bien la mayor responsabilidad del manejo de la educación recae en las provincias y en la ciudad de Buenos Aires, de acuerdo a la Ley de Educación Nacional, la 26.206, aprobada por el Congreso de la Nación el 14 de diciembre de 2006, el ministerio de Educación de la Nación (ME) tiene entre sus principales funciones “fijar las políticas y estrategias educativas, planificar, ejecutar, supervisar y evaluar políticas, programas y resultados educativos; asistir técnica y financieramente y fortalecer las capacidades de planificación y gestión educativa de los gobiernos jurisdiccionales”.
La provincia de Buenos Aires tampoco escapa a esta situación.
Aunque cabe reconocer que el gobierno de Axel Kicillof aumentó considerablemente el presupuesto educativo, casi duplicándolo en los dos últimos ejercicios, cuando se hace un desglose de los mismos, si se observan las partidas destinadas a obras y mejoramientos edilicios, los números empiezan a achicarse.
Para 2022, los fondos previstos fueron de $915.174 millones. Pero en particular, se contemplaba una inversión de $35.333 millones en gasto de capital, $10.907 millones para el programa Escuelas a la Obra, $5.485 millones para fortalecimiento edilicio de jardines y $6.621 millones en tecnología educativa.
Además, incluían $11.000 millones en programa integral ATR de acompañamiento de las trayectorias educativas; y la creación de la Escuela Provincial de Formación de Equipos de Supervisión y Dirección.
Traducido: Sobre el total invertido, de más de $900 mil millones, solo un 6,3% ($58.346 millones) estaban dirigidos a la confección de obras. Es decir, a infraestructura.
La situación no mejoró demasiado.
En el Presupuesto para este año, se contempló una impactante inversión en educación: $1.8 billones, lo que representa un 29,6% del total. Pero cuando se analiza el detalle de las erogaciones, el impacto se diluye considerablemente.
En las partidas para obras se contemplan los siguientes gastos:
Infraestructura Educativa, $ 10.113.949.134
Infraestructura Y Equipamiento, $ 7.521.223.751
Innovación y Desarrollo De La Formación Tecnológica, $ 4.327.345.739
Fortalecimiento Edilicio De Jardines Infantiles, $1.802.563.826
Obras En El Marco De La Pandemia Covid-19 $176.975.550
Programa De Escuelas A La Obra $11.900.000.000
Ampliación Y Mejora De La Infraestructura Escolar $4.800.000.000
Y aunque no se especificó el destino, también se contemplan partidas por $23.593 millones, lo que da un total de $64.257 millones sobre un presupuesto educativo previsto en $1.8 billones.
Es decir, que la inversión en obras apenas representa un 3,5%. Es decir, la mitad del 6,3% estipulado para 2022.
Valga como ejemplo lo ocurrido en los últimos días en Mar del Plata.
El intenso temporal de lluvia que azotó a la ciudad el pasado martes 4 de julio, donde cayeron 80 milímetros durante la jornada, dejó al descubierto el paupérrimo estado de las escuelas.
Varias de ellas, tanto provinciales como también municipales, sufrieron graves problemas.
Inaceptable e indignante. Aunque de acuerdo al ajuste practicado, totalmente esperable.
pablo@elobservadoronline.com.ar
@PortaluppiPablo
El título dice que soy Licenciado en Periodismo, pero eso poco importa. Lo más importante es que solo dependo de mi.
