Pablo Portaluppi
Con el flamante regreso de Daniel Scioli a las primeras planas del poder, designado por el Presidente Alberto Fernández al frente del ministerio de Desarrollo Productivo, vuelven a quedar al descubierto las numerosas operaciones sospechosas y no resueltas por la justicia que involucraron durante los últimos años al ex gobernador bonaerense.
Muchas de esas maniobras tuvieron como escenario Mar del Plata, ciudad que el ex motonauta consideraba su segunda casa. De hecho, hasta su nombre sonó allá por el año 2017 como precandidato a intendente del distrito, lo que finalmente no ocurrió. Es que en la ciudad balnearia es amo y señor su verdadero mentor y padrino político, Florencio Aldrey Iglesias.
Aldrey posee los diarios La Capital, El Atlántico, La Voz de Tandil y La Prensa, las dos principales radios de la ciudad, una empresa de cable, los hoteles Hermitage y Provincial, además de explotar diversas Unidades Turísticas Fiscales. A partir de este “imperio”, construyó un enorme poder al que somete a la inmensa mayoría de los dirigentes políticos locales. Y también a algunos gobernadores bonaerenses.
En febrero de 2021, en la escueta lista de 70 vacunados vip contra el coronavirus que había difundido el Gobierno nacional, luego de la crisis generada por las confesiones de Horacio Verbitsky que derivaron en la salida de Ginés González García del ministerio de Salud, figuraban los nombres de Florencio Aldrey Iglesias, así como sus familiares Dolores Noya Aldrey, Matilde Noya Aldrey y Lourdes Noya Aldrey, quienes figuran como accionistas en varias de sus empresas. Su inclusión tal vez sea una de las más indignantes, a pesar de sus 90 años de edad. Al igual que la de Daniel Scioli.
Es que entre ambos hay muchos puntos en común. En la desmembrada y huérfana causa contra el también ex vicepresidente, que procuró el fiscal Álvaro Garganta y que se inició en 2008 con una denuncia de Elisa Carrió, en 2018 la Unidad de Información Financiera (UIF), por entonces a cargo de Mariano Federici, había detectado una operación sospechosa entre Luis Alberto Peluso, ex-interventor de Loterías y Casino de la Provincia de Buenos Aires durante la gestión de Scioli, y, otra vez, Aldrey Iglesias.
En noviembre de 2019, ya con Alberto Fernández consagrado Presidente electo, la jueza de Garantías Marcela Garmendia fue separada por la Cámara de Casación de la mega causa de 86 cuerpos, 47 procesados y 11 sub-causas, contra el ahora ex embajador en Brasil, por la presunta falta de imparcialidad por parte de la magistrada que adujeron los abogados del imputado.
Empresas constructoras, Instituto de Lotería Provincial, IOMA, ABSA y otros organismos estatales aparecen en los expedientes vinculados a diversas irregularidades por el manejo de cajas negras con recursos públicos. Muchas de las cuales impactan directamente en Mar del Plata.
Aquella operación que detectó la UIF se trató de una extraña venta de un inmueble que nunca se concretó, con un monto que alcanzaba los 750.000 dólares, y que se trataría de una operación de blanqueo de activos y derivados a la campaña presidencial de Scioli en 2015. La firma involucrada era Cintura S.A., representada por otra de las vacunadas vip, Lourdes Noya Aldrey.
El 26 de febrero de 2019, en un edicto publicado en el Boletín Oficial, se informa que según Asamblea del 4 de diciembre de 2018, la firma Cintura S.A. Industrial, Comercial e Inmobiliario, , con domicilio en Azopardo 715 piso 3 de CABA, designó como Presidente a Florencio Aldrey, Vicepresidente a Jorge Aldrey, y Director Suplente a Juan Carlos Aldrey.
Resulta poco menos que extraño que la causa esté virtualmente durmiendo el sueño de los justos.
Pero hay más. Una de las derivaciones del expediente que más roza a Mar del Plata es la que investigó, en 2017, los $8.850.000 que la jefatura de Gabinete bonaerense, a cargo por entonces de Alberto Pérez, entregó a 10 cooperativas de trabajo supuestamente truchas para que compren herramientas y materiales en diferentes municipios, a través del programa “Soluciones Ya!”, que dirigía el ex ministro de Desarrollo Social bonaerense Eduardo Aparicio. “Las compras nunca se concretaron”, acusaba la pesquisa.
Quien estaba a cargo del área en la que se entregaban los subsidios es el marplatense Rodolfo Manino Iriart (foto, junto a Scioli), hombre de suma confianza de Scioli y actual Director del Correo Argentino, designado por Alberto Fernández.
De acuerdo a lo que se supo, en 2009 se otorgaron 4 millones de pesos a 9 cooperativas y al año siguiente 4,8 millones más a otras 5. Se sospecha que los subsidios se utilizaron como una forma de desviar fondos que podrían haber sido utilizados para la campaña presidencial de Scioli.
La maniobra incluyó la participación de la empresa Magaro SA, del empresario Daniel Roberts, muy allegado a Scioli, que también fue imputado en la causa. Dicha firma fuen quien habría facturado las operaciones. Una de las curiosidades del caso es que la fecha de las facturas de Magaro son anteriores a que se lanzara el programa.
Según se desprendía de la investigación judicial, “al menos seis de las nueve cooperativas fueron creadas el mismo día y apenas unos meses antes de que se aprobaran los subsidios. El acta de constitución de esas asociaciones está certificado en la misma fecha, pese a que se realizaron en diferentes localidades de la provincia de Buenos Aires”.
En la causa, habían declarado tres representantes de las cooperativas, quienes aseguraron que las firmas en las actas de solicitud de subsidio no coicidían con las suyas y fueron adulteradas. En tanto, otros cooperativistas declararon que nunca recibieron los materiales que figuraban en las facturas y tampoco pagaron los montos detallados.
Otro tramo de la investigación hacía foco en la filial marplatense de IOMA, la obra social de la provincia de Buenos Aires, donde se detectaron afiliaciones mellizas y recepción del doble de la medicación para ser revendida en farmacias sin los troqueles correspondientes.
También fueron objetos de análisis convenios con prestadoras, clínicas, institutos de análisis radiológicos, cadenas de farmacias, medicina de alta complejidad y servicios de ambulancias, entre otros rubros.
Nada se supo desde entonces. Pero los vínculos con Mar del Plata vienen de más atrás.
Apenas asumido en La Plata, el 18 de junio de 2008, el gobernador Daniel Scioli, le cedió a Florencio Aldrey Iglesias, de manera directa y escandalosa, a través de su empresa Hotelera del Mar S.A., la concesión por 30 años de la explotación del NH Gran Hotel Provincial y del Casino de dicho establecimiento, eximiéndolo del pago de IIBB desde su reinauguración.
El proceso licitatorio duro apenas dos meses, y la fecha del contrato social de dicha firma es del 5 de mayo de 2008, es decir, apenas 45 días antes del “obsequio” de Scioli. Pero eso recién fue el comienzo: mediante el decreto 2849, y a escasos días de dejar el poder, el ex Intendente marplatense Gustavo Pulti, prorrogó la exención por 10 años del pago de las tasas municipales. Hotelera del Mar tampoco las abonaba desde 2008.
También Florencio Aldrey Iglesias aparece vinculado a dos empresarios involucrados en la causa de los cuadernos de la corrupción k, Néstor Otero y Patricio Gerbi. Sin embargo, en aquel proceso las denuncias ni siquiera lo rozaron.
En el año 2010, Otero, dueño de la terminal de micros de Mar del Plata, junto a Aldrey, fueron protagonistas de una polémica adjudicación, otra vez con la ayuda de Scioli y Gustavo Pulti, que se hizo por la explotación comercial de la Terminal Sur, donde se levantó el shopping más grande la ciudad. A través de la firma Emprendimientos Terminal SA, donde figura un familiar del español, se impusieron a una iniciativa presentada por el reconocido arquitecto ya fallecido César Pelli. El centro comercial lleva por nombre “Shopping Aldrey”.
En verdad, Emprendimientos Terminal S.A. (ETSA), al ser conformada especialmente para la presentación del proyecto, tenía distintos accionistas, todos vinculados a reconocidas firmas de la ciudad. Aldrey no aparecía, pero nadie dudaba que era el verdadero dueño.
Lo que terminó por confirmarse involuntariamente por el Escribano Gustavo Crego, quien en una entrevista reconoció que “la primera etapa fue la formación del grupo como sociedad jurídica y la presentación, preparación y certificación de la documentación del pliego licitatorio. Fue una etapa vertiginosa y en la cual el fundador del grupo, el señor Florencio Aldrey, no sólo intervenía activamente como un técnico de un equipo, sino que fundamentalmente tiene la virtud y habilidad de contagiar el espíritu del esfuerzo”.
Más datos. El canon que ofreció pagar Emprendimientos Terminal por la explotación del shopping fue de 19 millones de pesos por los 30 años de concesión, lo que equivale a apenas 52 mil pesos por mes, para un espacio que posee casi cuatro manzanas, con 130 locales comerciales, salas de cines, patio de comidas y 450 cocheras cubiertas.
Justamente, la construcción del centro cultural estuvo a cargo de Coarco, empresa propiedad de Patricio Gerbi, con un presupuesto que rondó los 500 millones de pesos. La firma constructora estuvo implicada en Mar del Plata en obras polémicas. La más conocida quizá sea la frustrada Terminal de Cruceros, que tuvo un costo de 7 millones de dólares y nunca se utilizó para esos fines, donde Scioli también estuvo en la mira de la justicia.
La huella de Scioli también se puede hallar en el puerto de Mar del Plata y los controvertidos dragados que sufrió, que este medio se ocupó en sendos informes.
Se trata, según el experto en la materia Roberto Maturana, de “uno de los hechos de corrupción y desastre ambiental más graves de la historia”. Fue a partir de la sanción de la Ley 23.618 -publicada en el Boletín Oficial en fecha 13 de diciembre de 2007, esto es, tres días después de los comienzos de los mandatos de Cristina Kirchner en la Nación, Daniel Scioli en Buenos Aires y Gustavo Pulti en Gral Pueyrredon, que declara al puerto de Mar del Plata en ‘emergencia’-, que la situación tendió a agravarse.
Desde la primera draga Mendoza, propiedad del Estado Nacional, que arribó en 2009, hasta la llegada del buque de bandera china Xin Hai Beng en 2014, es decir durante gran parte de las gestiones de Scioli en la provincia de Buenos Aires, se calcula que se gastaron aproximadamente más de US$ 25 millones. El valor de referencia mundial es de casi u$s3 por metro cúbico de dragado. Es decir que, de acuerdo a estas cifras, el resultado de la draga debió devolver como resultado un aproximado de 8.300.000 metros cúbicos. A efectos de ser claros, esto ‘equivale a dragar cuatro años el puerto de Buenos Aires’, afirma Maturana. Para tener una idea de la desproporción, el nuevo dragado removió 560.000 mts3 de sedimentos acumulados.
No obstante, desde el año 2009 se sucedieron dragas de corte, de succión y grúas -pero los trabajos jamás se completaron. A todas luces, los resultados se alejan de todo parámetro de normalidad. “Pagamos la obra más cara de la historia y, encima, las batimetrías (medición y control del dragado) las realiza la misma empresa. Es una locura”, consigna Roberto Maturana.
Todo con la impronta de Scioli. Al igual de lo que fue uno de sus “caballitos de batalla”, la salud.
Durante sus gestiones como gobernador, entre 2007 y 2015, las partidas destinadas al área fueron uno de los puntos más críticos de su gobierno. Si bien en los 8 años de gestión, la inversión en el área se mantuvo bastante constante en el orden del 6,5% del presupuesto provincial, fue a su vez entre 4 y 5 veces menor a lo girado a Cultura y Educación.
También la justicia lo investiga por haber ejercido influencia para que se adjudicaran las construcción de las célebres UPA (Unidad de Pronta Atención), en favor de la empresa Miller Building S.A., de otro empresario amigo del ex gobernador, Estanislao Miller.
El 17 de febrero de 2014, Daniel Scioli anunció una inversión de $100 millones para el Hospital Interzonal de Agudos (H.I.G.A.) de Mar del Plata. Sin embargo, un año y medio después, este cronista supo comprobar que en el establecimiento eran visibles serias deficiencias en las obras de desague, en los pisos, en los sistemas de calefacción, y en su fachada. A su vez, presentaba una alarmante falta de camas, recurrente carencia de medicamentos e insumos, y lo que es peor, falta de médicos.
“Hace unos meses, por falta de camas, llegó a haber en guardia 55 personas internadas, en una sala pequeña, separados los hombres de las mujeres por un biombo, con apenas un baño. Una locura, no sólo por el hacinamiento, sino también por la posibilidad de contagio de cualquier cosa, para los pacientes, para los médicos, y para todos’.
Este testimonio, recogido por este cronista, pertenece a un importante médico del hospital, en noviembre de 2015, cuando el hombre quería ser Presidente.
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El título dice que soy Licenciado en Periodismo, pero eso poco importa. Lo más importante es que solo dependo de mi.
