Pablo Portaluppi
A pesar del fuerte deterioro de la situación social de la Argentina en los últimos dos años, los índices de conflictividad medidos en 2020 y 2021, traducido en huelgas, protestas y piquetes, registraron una marcada reducción con respecto al período comprendido entre 2016 y 2019, en especial, durante la segunda mitad del gobierno de Mauricio Macri. Al menos así lo demuestra un análisis realizado por este medio a partir de un estudio del Observatorio de Conflictividad Social de la Universidad de Mar del Plata.
La ciudad balnearia es un fiel reflejo de lo que sucede en el país. Aunque no alcance el status de “caja de resonancia” que posee, por ejemplo, Córdoba, lo que pasa en la feliz suele funcionar como una importante referencia para medir el pulso social.
La conflictividad ha sido históricamente alta en Mar del Plata, ya que desde hace 20 años es una de las ciudades con mayor desocupación del país. De acuerdo con los últimos datos del INDEC, la desocupación en el distrito fue del 11,6 % en el tercer trimestre de 2021. La economía marplatense tiene características singulares como la dependencia de actividades estacionales –el turismo y la pesca–, que producen en la misma cierta inestabilidad en la generación de empleo y una precariedad laboral levemente superior al resto de la Argentina.
El partido de General Pueyrredon es gobernado por el macrismo desde 2015, primero con Carlos Arroyo y ahora con Guillermo Montenegro, ex secretario de seguridad de Mauricio Macri en el gobierno porteño.
El Observatorio de Conflictividad Social de la Universidad Nacional de Mar del Plata lanzó en marzo de este año una sección en su sitio web denominada “El pulso de la conflictividad en tiempo real”, que brinda información y datos al instante sobre este tipo de manifestaciones en la ciudad balnearia. El trabajo, único con esta metodología en el país, es coordinado por el doctor en Historia e investigador del CONICET Agustín Nieto.
Algunos datos para poner en contexto el análisis. En el último trimestre de 2017, cuando el gobierno de Cambiemos culminaba su segundo año de gestión, la pobreza en el país alcanzaba el 25,7%, la desocupación el 8,3% y 2017 cerraba con un 24,8% de inflación, según datos del INDEC.
En 2021, cuando la administración de Alberto Fernández comenzó a transitar la segunda mitad de su mandato, la pobreza trepó al 37,3%, es decir, subió un 45%. Por su parte, la desocupación se mantiene en los mismos niveles (8,3%). Pero la inflación se duplicó: durante los doce meses del año pasado llegó al 50,9%.
Cuatro años después, durante la cuarta administración del kirchnerismo, no mejoró ningún indicador. Más aún, algunos de ellos empeoraron notablemente. Sin embargo, las protestas y los piquetes se redujeron. Al menos para el Observatorio de Mar del Plata.
Respecto al índice mensual de huelgas que presenta el trabajo, la caída en 2020 y 2021, en comparación con el período 2016-2019 es abrupta. Parte de esto se puede hallar en la cuarentena estricta implementada en todo el país en marzo de 2020, pero vale decir que durante 2021, prácticamente todas las actividades estaban funcionando.
En el año 2016, la mayor cantidad de paros en Mar del Plata se dieron en septiembre: 126. Durante el resto de la administración cambiemita, hubo 113 paros en abril de 2017, 115 en diciembre de 2018, y 183 huelgas en 2019, el último año de mandato.
Los números se derrumban desde que asume Alberto Fernández. En 2020, se registraron 78 paros en septiembre de 2020, y 68 en marzo de 2021. En lo que va de este año, con la inflación desbocada, hubo apenas 31 huelgas en abril.
En relación a los piquetes, la cuestión es aún más llamativa.
Durante 2017, hubo 13 en junio, mientras que en 2018, se registraron 12 en mayo. Y en 2019, se dio la mayor cantidad de piquetes desde que había llegado al poder el macrismo: 14 tanto en abril como en mayo de aquel año.
Con el regreso del kirchnerismo, sucedió algo muy curioso: el pico de piquetes tuvo lugar en plena pandemia. En septiembre de 2020, se registraron en la ciudad 10 cortes. Mientras que en 2021, el mayor registro ocurrió en octubre, con solo 5 piquetes. Otro dato llamativo: en febrero, marzo, junio y agosto no hubo protestas. Y en lo que va de este año, el mes más “conflictivo” fue marzo con solo 3.
A pesar de la cuarentena, en octubre de 2020 se notificaron 100 diferentes tipos de manifestaciones populares, mientras para 2021 cayeron casi a la mitad, con 56 en febrero. Pero durante el gobierno de Macri, hubo 167 en mayo de 2016, 137 en marzo 2017, 114 en mayo de 2018, y 106 en octubre de 2019.
Más datos. Durante los 24 meses que transcurren entre enero de 2015 y diciembre de 2016, los trabajadores protagonizaron 914 acciones de protesta en la ciudad de Mar del Plata.
A lo largo del período, la distribución de la cantidad de acciones tiene sus picos en el último semestre (julio, agosto y diciembre de 2016). En el año 2015, por el contrario, los picos de mayor conflictividad se encuentran a principios del año (febrero y mayo). Si comparamos ambos años se trata de un aumento del 63,4% en la cantidad de protestas de 2015 a 2016.
En 2015 gobernaba el país Cristina Kirchner, y a nivel local, el aliado k Gustavo Pulti. Ya en 2016 lo hacían Mauricio Macri y Carlos Arroyo.
La mayoría de las acciones sindicales tuvieron como eje reclamos nacionales, es decir, extensiones de protestas en todo el país que tuvieron su réplica en la ciudad. Pocos de ellos fueron por motivos exclusivamente locales.
En Mar del Plata existen registrados un total de 119 sindicatos, según datos del Ministerio de Trabajo. De ese total, el 65% (77 sindicatos) agrupan trabajadores del sector terciario, un 28% (34 sindicatos) representan al sector secundario y sólo un 7% (8 sindicatos) corresponden al sector primario.
Los principales sectores de la economía primaria son: agricultura, ganadería, pesca, recursos forestales y minería. Por su parte el sector secundario, es aquel en el cual se realiza la transformación de los recursos naturales o las materias primas para convertirlos en productos que serán usados para cubrir necesidades de consumo. Por eso, al sector secundario también se lo conoce como la actividad industrial.
Finalmente, el sector terciario es el que se caracteriza por producir productos conocidos como servicios, que, aunque no son específicamente bienes tangibles, igualmente ayudan a cubrir necesidades de las personas. Este sector es el predominante en la ciudad.
En Mar del Plata, 82 sindicatos (69%) agrupan trabajadores del ámbito privado, un 24% (29 sindicatos) del ámbito estatal y sólo un 7% (8 sindicatos) son mixtos, nucleando trabajadores de ambos ámbitos.
Del trabajo realizado por el Observatorio de la Universidad, surge que un 41% de los sindicatos poseen un nivel de conflictividad nula, mientras que un 31% cuenta con un nivel de conflictividad baja, durante el período analizado.
Pero un grupo reducido de sindicatos, el 28%, concentra la mayor parte de las acciones de protesta, de los cuales sólo 3 de ellos registran un nivel de conflictividad muy alta con un promedio superior al de 1 acción por semana.
Atención con este dato. El sector privado, que como se dijo, representa el 69% de los sindicatos, sólo lleva a cabo el 24% de las acciones. En tanto, el sector estatal, que solo representa el 24% de los sindicatos, lleva a cabo el 67% de las acciones. Llamativo, o no tanto.
Aunque no sorprenda, vale destacar una cuestión muy elocuente. El 68% de las protestas en sus diversas formas llevadas a cabo en Mar del Plata en los últimos años fueron protagonizadas por los sindicatos de la educación y la administración pública.
Es decir que los sindicatos del ámbito estatal son los de más alta conflictividad. Y gran parte de aquellos conflictos, no por causalidad se dieron durante el período 2016-2019, con Suteba y los Municipales a la cabeza de las protestas.
La situación en Mar del Plata no escapa a la realidad del país. Al respecto, cabe mencionar los guarismos de pobreza en los segundos semestres de los últimos años. Entre 2017 y 2019 se registraron 23,4%, 24,8%, y 25%. Y en 2020 pegó el gran salto: el INDEC informó 41,1%. La indigencia, por su parte, también venía con una sostenida tendencia a la suba en el mismo período, con un pico de 10,8% en el primer año de pandemia.
A pesar de ello, la conflictividad, en una ciudad con altos índices de desempleo, que llegó a medir 26% en 2020, y con cerca del 18% de su población viviendo en condiciones de hacinamiento, llamativamente se redujo.
Según el Registro Nacional de Barrios Populares (RENABAP) se contabilizan 80 barrios populares en el municipio, en los que residirían 7.165 familias. La superficie total de estos asentamientos sería de 328,25 hectáreas, ubicados en la ciudad de Mar del Plata, Batán, Sierra de los Padres y Chapadmalal. Por otro lado, según los datos del RENABAP, son 8255 las familias que viven en los barrios populares.
Tal vez la razón de este comportamiento de los sectores sociales en Mar del Plata obedezca a cuestiones más cercanas de lo que uno cree. La ciudad balnearia, por su importancia electoral y su gran peso simbólico, se ha transformado casi en una obsesión para el kirchnerismo.
De hecho, desde que la hoy titular de la poderosa ANSES, Fernanda Raverta, perdió por apenas 9.000 votos en la elección de 2019 contra el actual jefe comunal, la dirigente mantiene grandes esperanzas de que en 2023 logre ocupar la tan esquiva intendencia. Para ello, no hay fin de semana que no venga a la ciudad. Y no pierde oportunidad en aparecer fotografiada en cuanto anuncio de obra se produzca para el distrito, aunque no tenga nada que ver con ello.
Y a su vez, no se debe pasar por alto que tanto en el Concejo Deliberante como en el sindicalismo local ya hay representantes del dirigente social Juan Grabois, y también del Movimiento Evita.
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@PortaluppiPablo
El título dice que soy Licenciado en Periodismo, pero eso poco importa. Lo más importante es que solo dependo de mi.