En abril de este año, vino a la Argentina la general Laura J. Richardson, jefa del Comando Sur de los Estados Unidos, quien se reunió con el Presidente Javier Milei en Tierra del Fuego, con el objetivo, se informó desde el propio Gobierno, “de reforzar los lazos de cooperación e intercambio estratégicos entre ambos países”.
En su visita, la militar aprovechó y, en una entrevista con el medio Infobae, dejó una advertencia a la que pocos le prestaron atención. “Tenemos que trabajar mejor juntos para ayudar a aplastar esta actividad criminal que sólo permite a estas redes y a sus carteras haberse ampliado”, señaló.
¿A qué se refería Richardson? A uno de los problemas más graves que aqueja a su país: el consumo de fentanilo.
Y para no dejar dudas, agregó: “Es cuestión de tiempo para que el fentanilo se convierta en epidemia en América Latina”.
El fentanilo es una sustancia sintética de uso médico 100 veces más potente que la morfina, que se utiliza como anestésico y como analgésico en cuadros de dolor agudo y crónico. Fue sintetizado por primera vez por Paul Janssen en Bélgica en 1960 y se le conoce también como Heroína Blanca, Tango and Cash, China White, o también como se popularizó en el último tiempo, droga zombi.
En Argentina, el fentanilo es una sustancia de uso medicinal alcanzada por las Leyes N° 23.737 (estupefacientes y psicotrópicas desde 1991) y N° 17.818 (estupefacientes legal actualización Res. N° 2.622/88). Pero hay muy poca información sobre esta droga en el país.
“Los fentanilos elevaron hasta máximos históricos las muertes por sobredosis en Norteamérica, fenómeno que se aceleró durante la pandemia de COVID-19. Casi 90.000 muertes por sobredosis en solo un año”, asegura un informe de la Defensoría de la provincia de Buenos Aires de enero de este año.
Señala el reporte que “se observa una tendencia al alza en los casos con esta droga desde 2015, habiendo casi duplicado su número entre 2020 y 2022, alcanzando aproximadamente 100.000 casos. En términos de incautaciones, se reportaron 4,8 toneladas en 2020 y 14,7 toneladas en 2022, lo que representa un aumento casi tres veces mayor”.
Pero no añade más precisiones.
En tanto, en EEUU, las fuerzas federales del Estado de California incautaron en los últimos días cerca de u$s1.7 millones en fentanilo en dos paradas de tráfico este mes, incluyendo un caso donde la droga estaba oculta en paquetes de carne cruda.
“En la Interestatal 5 en el condado de Fresno, la Patrulla de Carreteras de California halló 11 libras de fentanilo, valoradas en $500,000, dentro de carne de res tipo carne asada, y arrestaron al sospechoso, residente de Washington”, informó Los Angeles Times.
“Al día siguiente, agentes confiscaron 120,000 píldoras con fentanilo, estimadas en $1.2 millones, en el condado de Merced, y arrestaron a dos personas también de Washington, junto con dos armas de fuego”, continúa el diario.
Una reciente encuesta realizada por la Corporación Rand, una organización sin fines de lucro, reveló que más del 40% de los adultos estadounidenses conoce a alguien que murió por sobredosis.
Las sobredosis fatales en EEUU han seguido una trayectoria ascendente desde el año 2000. En 2022 se registraron al menos 109.000 muertes, frente a las 100.000 de 2021. La mayoría de las sobredosis se debieron a opioides sintéticos como el fentanilo.
La sobredosis de drogas es una de las principales causas de mortalidad por lesiones en los Estados Unidos. En 2019, las muertes por este flagelo totalizaron 70.630, un aumento del 4,8% desde las 67.367 en 2018.
Desde 2009, una proporción cada vez mayor de muertes por sobredosis de drogas han sido causadas por opioides, que representaron el 70,6% de todas las muertes por sobredosis de drogas en 2019. La mayor participación de la cocaína y los psicoestimulantes con potencial de abuso también se ha observado en las muertes por sobredosis de drogas en los últimos años
Un reporte global de la Oficina de Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (UNODC), advierte sobre el desplazamiento de las drogas de origen vegetal a las drogas sintéticas y las dificultades que acarrean las innovaciones en la fabricación y el tráfico, para la intervención y el control sobre sus precursores.
“Las sustancias cambian su composición con componentes más fuertes, menos detectables y más rentables, lo que reduce costos y riesgos operativos”, avisa. Por su parte, también el trabajo precisa que el fentanilo está transformando los mercados de drogas en América del Norte y está contribuyendo a los elevados niveles de sobredosis registrados entre los consumidores.
En la actualidad, se estima que más de 1.500 personas mueren a la semana por consumir algún tipo de opiáceo en los EEUU.
QUÉ PASA EN ARGENTINA
En nuestro país poco se sabe sobre esta droga y casi no hay datos oficiales. En verdad, hay una alarmante falta de estadísticas serias oficiales de consumo de estupefacientes en general. Sin datos concretos, es muy difícil abordar un problema.
El caso es recordado. El 2 de febrero de 2022, por la madrugada, en diferentes guardias del sistema de salud del conurbano de la provincia de Buenos Aires, fueron atendidas personas con signos de shock y dificultad respiratoria, todas ellas con el antecedente común de consumo reciente de cocaína.
Por lo que se consideró la existencia de una fuente común de intoxicación. A partir de la intervención del Centro Provincial de Toxicología (CEPROTOX) se arribó a un diagnóstico presuntivo de intoxicación con opioides.
El resultado definitivo confirmó que la sustancia era cocaína con carfentanilo, un opioide que puede llegar a tener efectos 10,000 veces más potentes que la heroína.
Fallecieron en total 24 personas sobre 253 afectados. Allí se conoció en el país el fentanilo.
La tragedia fue reflejada en los grandes medios del mundo pero aquí se fue diluyendo con el correr de los días, hasta desaparecer casi por completo.
Otro caso con esta sustancia ocurrió en septiembre de 2022, cuando personal de la Aduana detectó en Ezeiza más de un kilo de un derivado del fentanilo en un envío puerta a puerta de la empresa DHL. El destino final era Miami.
Por su parte, en julio de 2023, gendarmería detectó 500 ampollas de esta droga dentro de encomiendas en Posadas, Misiones. Y en enero de 2024, tras allanamientos en Villa Fraga, se secuestraron siete ampollas de fentanilo a una banda que además comercializaba cocaína, marihuana y efedrina en esa zona de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.
En este contexto se tomaron algunas medidas. La Dirección General de Aduanas (DGA), mediante la Resolución 18/23 del 28 de septiembre de 2023, estableció los lineamientos operativos para la importación y exportación de fentanilo y/o sales de fentanilo.
Y en la Resolución 15/24 de mayo de este año, también la DGA refrendó esta decisión endureciendo los controles y estableciendo que “las operaciones de comercio exterior relacionadas a la mercadería citada cursarán obligatoriamente por canal rojo y solo podrán ser realizadas por vía aérea por el Aeropuerto Internacional Ministro Pistarini, en jurisdicción de la Dirección Aduana de Ezeiza”.
En septiembre del año pasado, el INDEC, junto a la Secretaría de Políticas Integrales sobre Drogas (Sedronar), realizaron una encuesta en hogares sobre consumo de sustancias psicoactivas legales e ilegalizadas. El alcohol (66,2%) fue por lejos la más elegida, por encima del tabaco (25,6%), la marihuana (13,8%), la cocaína (0,6%)y los psicofármacos (6,9%).
El relevamiento tuvo lugar en más de 40 mil hogares de 31 centros urbanos del país, hecho durante 2022 en personas de entre 16 y 75 años.
Sin embargo, los especialistas afirman que en la Argentina “no hay evidencias de consumo de fentanilo para fines no médicos”. Pero la realidad es que las estadísticas brillan por su ausencia, y tanto desde el gobierno de la provincia de Buenos Aires como desde Nación se emitieron diferentes alertas.
En enero de este año, el Sistema de Alertas Tempranas (SAT) activó una alerta, dando algunos datos sobre incautaciones y consideraciones de salud a tener en cuenta.
“Recientemente el SAT recibió la notificación de una determinación positivapara fentanilo, en un procedimiento llevado adelante en diciembre del 2023, dondese secuestraron -además de numerosas drogas de consumo ilegal como cocaína y marihuana- algunos productos de uso hospitalario, entre ellos ampollas comerciales de fentanilo. En el caso de la cocaína incautada las pericias realizadas no identificaron la presencia de opioides (la adulteración fue realizada con paracetamol)”, comienza afirmando el informe.
Y agrega el trabajo que “las sustancias opioides tienen un alto potencial para generar elevados niveles de tolerancia y dependencia e, incluso, su consumo eventual implica un riesgo elevado de sobredosis y muerte por depresión respiratoria”.
A su vez, explica que “el fentanilo produce dependencia, tolerancia y síndrome de abstinencia. Los efectos secundarios más comunes incluyen: náuseas o vómitos, estreñimiento, sedación, confusión y lesiones relacionadas con la mala coordinación”
En tanto, “los efectos secundarios más graves pueden incluir disminución de la frecuencia respiratoria (depresión respiratoria), síndrome serotoninérgico, hipotensión y hasta la muerte por sobredosis por paro cardiorrespiratorio”.
Y da precisiones sobre los signos de sobredosis: “Pupilas pequeñas (contraídas como punta de alfiler); pérdida de conocimiento; respiración lenta, débil, casi imperceptible; sonidos de atragantamiento o gorjeos; cuerpo flácido, piel fría y manchas en la piel (especialmente en los labios y las uñas). El reconocimiento de los signos de sobredosis puede llegar a salvar una vida”.
Por su parte, el ya citado documento elaborado por la Defensoría bonaerense advierte que “el impacto del fentanilo en América y Argentina es una seria amenaza para la salud pública y la seguridad. Es imperativo que gobiernos, organizaciones internacionales y comunidades trabajen en conjunto para implementar estrategias integrales que aborden la producción, distribución y prevención del fentanilo”.
Sin embargo, en un artículo publicado por este medio, se afirmó que, al menos en la ciudad de Mar del Plata, y en todo el país, “no hay políticas públicas de prevención, no hay recursos suficientes para atender la demanda, no hay voluntad y hay una subestimación del problema”, explicaban desde el SEMDA (Servicio Municipal de Atención a las Adicciones), dependiente del Departamento de Salud Mental de la Secretaría de Salud de la Municipalidad de General Pueyrredon.
Y se revelaba que La droga más utilizada en la ciudad por los chicos desde los 11 años es la llamada “pipa”, es lecir, la cocaína fumada, que posee una muy alta toxicidad. Se cree que su consumo hoy afecta a más del 90% de las personas bajo tratamiento en las comunidades terapéuticas.
Se consume de manera similar al “paco”, pero la sustancia tiene una composición diferente, en la queel polvo se transforma en sólido, se vuelve una piedra, y se fuma mediante pipas de fabricación casera, con caños de metal, vidrio o plástico a los que se le suma un filtro de virulana o hilos de alambre.
En 2016, el 23% de los pacientes de Posada del Inti, uno de los centros terapeúticos más conocidos, consumía esta droga, pero la cifra creció al 32% en 2017, al año siguiente pasó a ser el 49%, en 2019 se elevó al 57%, en 2022 alcanzó el 89% y hoy supera ampliamente el 90%.
Antonela Martina