A través de un escueto comunicado oficial fechada el día de hoy, 9 de septiembre, el Gobierno Nacional confirmó la designación del secretario de Turismo y Deportes de la Nación, Daniel Scioli, como nuevo Presidente del Ente Nacional de Alto Rendimiento Deportivo (ENARD), dependiente, justamente, de la misma secretaría que maneja el ex candidato presidencial del kirchnerismo.
Si bien es un cargo menor, no deja de llamar la atención la presencia de Scioli en la administración de Javier Milei.
El actual mandato del también ex vicepresidente de Néstor Kirchner “finalizará en el primer semestre de 2025, cuando se lleve a cabo la rotación de autoridades del Ente que se realiza cada ciclo olímpico”, informó el Ente en cuestión, que pocos conocen.
El ENARD es una creación kirchnerista. A fines de 2009, el Congreso Nacional sancionó la ley N° 26.573 y el poder ejecutivo ejecutó su reglamentación inmediata, creándolo e iniciando su gestión como tal en agosto de 2010.
El ente “es un organismo de composición mixta (ámbito público y privado), de conducción alternada y representación igualitaria, cuyos socios fundadores y coadministradores son el Comité Olímpico Argentino (COA) y la secretaría de Deportes de la Nación”, afirma su página web. Y añade que “ejerce la condición de persona jurídica de derecho público no estatal, sin fines de lucro, en la que el Estado y la organización privada realizan una tarea conjunta para potenciar el crecimiento y la consolidación del deporte de representación nacional”.
Pero en el actual contexto, el papel del Ente no es menor. ¿Por qué?
Para la preparación de los Juegos Olímpicos, los atletas y entrenadores cuentan con el apoyo económico tanto del ENARD como así también de la Secretaría de Deportes de la Nación, a través del otorgamiento de becas deportivas.
Con solo 3 medallas en Paris 2024, la Argentina no tuvo un buen desempeño en los últimos juegos. Y desde allí, Scioli puede construir poder con su habitual presencia en los medios.
“El Ente gestiona y coordina apoyos económicos específicos para la implementación y el desarrollo de las políticas de alto rendimiento deportivo, a fin de posibilitar que nuestros atletas cuenten con los recursos adecuados, incrementen su motivación y puedan concentrar sus esfuerzos en pos de mejorar sus resultados, cumpliendo así, sus metas competitivas. Se trata de un proyecto estratégico, con un enfoque federal, participativo y de sustentabilidad en el largo plazo”.
A pedir de Scioli.
Desde su creación hasta 2017, los recursos con los que se financió el ENARD fueron el producto de un cargo del 1% aplicado sobre el abono que las empresas de telefonía celular facturaron a sus clientes por los servicios de comunicaciones brindados.
A partir de 2018, durante la gestión de Mauricio Macri, con la sanción de la ley 27430, se reemplazó la fuente de financiamiento y se estableció que el Poder Ejecutivo Nacional incluiría en el Presupuesto Nacional el monto anual a transferir al ENARD.
En 2023, manejó becas por $3.500 millones.
Pero el rol de Scioli trasciende este nuevo puesto. Dos hechos recientes con epicentro en Mar del Plata, que lo tuvieron de protagonista, abren varios interrogantes.
En mayo de este año, comenzó a especularse con la posibilidad de que el Gobierno suspenda los llamados “Juegos Evita”. Sin embargo, allí apareció el flamante funcionario para aclarar.
“Ante las falsas versiones sobre la intención de cambiar el nombre a los Juegos Evita, las desmiento categóricamente. Los mismos se van a realizar del 4 al 9 de noviembre y la semana próxima tendremos una reunión de coordinación con todos los secretarios de Deportes de todas las provincias del país”, publicó el ex gobernador bonaerense en su cuenta de X.
Otro hecho. A fines de agosto, Aerolíneas Argentinas anunció la suspensión desde el próximo 1 de octubre de los vuelos del denominado Corredor Atlántico que contaba con dos frecuencias semanales desde el Aeroparque Metropolitana Jorge Newbery en la ciudad de Buenos Aires con cinco destinos bonaerenses y patagónicos, a partir de una baja demanda que no permitía cubrir sus costos operativos. Uno de los destinos perjudicados es Mar del Plata.
Un dato. Un vuelo de la Aerolíneas con 100 asientos aterrizó en la ciudad balnearia hace pocos días con 92 pasajeros a bordo, de los cuales 32 allí bajaron. El avión volvió a volar con rumbo a Bahía Blanca con los 60 pasajeros que ya venían desde Buenos Aires más 9 que recogió en la costa. Es decir, voló con el 69% del pasaje cubierto.
Pero allí salió nuevamente Scioli al rescate. El pasado viernes 6, el ex funcionario menemista y duhaldista se comprometió a hablar con distintas aerolíneas para generar un “puente aéreo” entre Mar del Plata y Buenos Aires a tarifas accesibles.
“Saben lo que quiero a esta ciudad. Me voy a ocupar personalmente de hablar con las distintas compañías aéreas para implementar un puente aéreo a una tarifa absolutamente accesible, como está ocurriendo en otros casos, que es más barata que el transporte en micro, para poder concretarlo”, dijo.
Aunque resulta obvio que las declaraciones de Scioli caen bien en Mar del Plata, no se termina de comprender bien su verdadera función en el gobierno de Javier Milei.
J.P.Mayer