Se profundiza la crisis de la vivienda en Canadá

El gobierno canadiense del primer ministro Justin Trudeau identificó 56 propiedades federales, que representan el tamaño de unas 2.000 pistas de hockey, donde se podrían construir cientos de nuevas viviendas asequibles para contrarrestar la escasez de tierra disponible que empeora la crisis habitacional que sufre el país norteamericano, informó el diario Financial Post.

Necesitamos construir más viviendas en Canadá, y uno de los mayores costos de construcción es el terreno”, dijo en un comunicado el ministro de Vivienda, Sean Fraser, quien lidera una estrategia que pretende construir hasta 3,9 millones de viviendas para 2031. Esa cifra superaría los 3,5 millones que el grupo de expertos Smart Prosperity Institute ha estimado que se necesitan.

De acuerdo a información pública, el país se enfrenta a un déficit bruto de viviendas, y esa situación está provocando aumentos récord de precios tanto para compradores como para inquilinos. Desafortunadamente, este déficit ha empeorado con el tiempo.

Mientras en 2016, Canadá tenía 427 viviendas por cada 1000 habitantes, en 2020, esa cifra disminuyó a 426 unidades por cada 1000 personas. En tanto, en 2022, empeoró un poco más, apenas cayendo a 424 viviendas por cada 1000 habitantes. Dentro del G7, Canadá tiene el promedio más bajo de oferta de vivienda per cápita, por detrás de Estados Unidos y el Reino Unido. Francia, en comparación, lidera el grupo con 540 unidades por cada 1.000 ciudadanos. 

A modo de dato, según el Censo 2022, Argentina tiene 386 viviendas por cada 1.000 habitantes. En 2010, había 348.

El alto costo y la escasez de terrenos son barreras clave que impiden la construcción de viviendas. Estas barreras también hacen que las viviendas sean más caras de construir y más onerosas para los canadienses. “Los gobiernos de todo Canadá se encuentran en tierras excedentes, infrautilizadas y baldías que no ofrecen ningún beneficio público”, asegura un informe oficial.

Las propiedades confiscadas se incluirán en el nuevo Banco de Tierras Públicas de Canadá, según informó el gobierno en un comunicado de prensa, que a su vez afirmó que “liberar las tierras públicas podría ayudar a crear hasta 250.000 nuevas unidades residenciales”.

Según el Índice de Asequibilidad de la Vivienda del Banco de Canadá, que mide el porcentaje de ingresos familiares necesarios para poseer una vivienda con los requisitos de financiación habituales, la asequibilidad está en su peor momento desde principios de los años 90.

En los últimos 25 años, el ingreso familiar disponible promedio ha aumentado un 3% anual, mientras que los precios de las viviendas se han incrementado un 6% anual en promedio. Estas tendencias no han hecho más que acelerarse en la última década, un período en el que los ingresos familiares en Canadá se estancaron de hecho, incluso cuando países similares, especialmente Estados Unidos, experimentaron un crecimiento de los ingresos más fuerte”, revela un grupo de expertos.

Según una reciente encuesta que refleja la magnitud de la crisis del sector, el 39% de los inmigrantes que llegaron al país en los últimos diez años está pensando en mudarse, y el 25% de aquellos cita el costo de la vivienda como la razón fundamental.

A su vez, el 28% de los canadienses en general están considerando abandonar la provincia en la que residen debido al aumento de los costos de la vivienda. La mayoría vive en Ontario (39 por ciento) o Columbia Británica (36 por ciento), donde los altos precios de las unidades han persistido durante más tiempo en comparación con otras regiones.

En todo Canadá, el 42 por ciento de los jóvenes de entre 18 y 24 años afirman que están considerando mudarse de su provincia actual. Según la encuesta, los inquilinos tienen más probabilidades de considerar mudarse que aquellos que son propietarios de sus viviendas con o sin hipoteca.

La mayoría de las parejas jóvenes que han buscado un nuevo hogar en los últimos años han percibido estas tendencias de forma intuitiva. “Al darse cuenta tardíamente de la magnitud del problema, las autoridades están tratando de incentivar la construcción de nuevas viviendas, en un reconocimiento que se debería haber hecho hace tiempo: décadas de subconstrucción han provocado una escasez de oferta y precios elevados de las viviendas”, arriesga el Financial Post.

Si bien se trata de una medida positiva, “se necesitarán años de construcción agresiva de viviendas para corregir el desequilibrio, tiempo que muchos canadienses no pueden permitirse antes de comprar. Como resultado, muchos propietarios de viviendas han asumido un nivel significativo de deuda para comprar una casa”, continúa.

Y cita un dato. El tamaño promedio de una hipoteca en Toronto se ha disparado de poco más de 300.000 dólares en 2012 a más de 500.000 dólares a fines de 2023. “Los hogares canadienses son ahora los más endeudados del mundo desarrollado”, concluyen.

Redacción El Observador Online

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