La escuela que el Gobierno bonaerense “inauguró” tres veces en 4 años

En el marco de una visita a Mar del Plata con motivo de la inauguración de los Juegos Bonaerenses, el gobernador de la provincia de Buenos Aires, Axel Kicillof, inauguró con una gran puesta en escena el nuevo edificio de la Escuela Secundaria 38 de la ciudad, llamada paradójicamente “Rodolfo Walsh”.

Sin embargo, hay algunos aspectos que fueron deliberadamente omitidos tanto en su discurso como en el parte de prensa que la mayoría de los medios locales replicaron sin siquiera cuestionar.

Entre las más de mil obras que el Gobierno nacional frenó en territorio bonaerense, 80 pertenecen a escuelas que dejaron sin terminar en distintos municipios”, explicó Kicillof, junto al Director General de Cultura y Educación, Alberto Sileoni, añadiendo que “nosotros, por el contrario, tenemos un plan de infraestructura escolar en curso que ya nos permitió inaugurar 231 edificios educativos y finalizar 7.500 obras en establecimientos de toda la provincia”.

La primera cuestión que habría que resaltar es que de ese total de escuelas mencionadas por el mandatario inauguradas en su gestión desde 2019, esta es la primera que hace en Mar del Plata, el distrito más grande de la provincia saliendo del conurbano.

Es decir, que hubo que esperar casi 5 años para que la provincia inaugure un edificio educativo en un distrito con casi 700.000 habitantes.

Es más, para conocer sobre la última inauguración educativa de la provincia en Mar del Plata hay que remontarse al 30 de abril de 2015, cuando el ex intendente Gustavo Pulti inauguró la Primaria 54 en el barrio Belisario Roldán, también junto a Sileoni, que en aquel momento cumplía funciones como ministro de Educación de Nación.

Y eso que el distrito no se caracteriza precisamente por la abundancia de inmuebles para escuelas.  

La Escuela Especial 504, para chicos ciegos y disminuidos visuales, que ya trató este medio, debió afrontar en los últimos meses una mudanza de urgencia para evitar un desalojo por estar sin contrato durante 1 año y medio. El establecimiento había sido desalojado de su sede original a fines de 2012, y desde ese entonces funcionó, hasta hace apenas semanas, en un espacio alquilado.

Ante el inminente juicio por desalojo, se mudaron a otra Escuela Especial, en este caso la Domiciliaria y Hospitalaria 508, que comprende a niños, niñas y jóvenes que transitan alguna enfermedad que les impide concurrir a la escuela de nivel o modalidad. Pero que solo posee 3 aulas para los 120 chicos que asisten a la 504.

O el caso de la Escuela Secundaria N°50 en Gloria de la Peregrina. Que comparte edificio con la Primaria 46 desde hace más de 20 años. Es decir, que alberga a 500 chicos en un lugar pensado originalmente para 300. 

Y también la Escuela Especial 515, que mereció un amplio informe por parte de este medio, que funcionó durante 10 años en una casa prestada estilo ph de apenas 127 mts2, con un living comedor de 15 mts2 que funcionaba como “salón de usos múltiples”, un solo baño, un patio más chico que el sum, 2 habitaciones de 6 mts2 cada una que hacen de aulas, para albergar a 117 chicos sordos e hipoacúsicos.

Axel Kicillof, en la inauguración el pasado lunes

Vamos a seguir trabajando para garantizar el acceso a la educación pública de todas y todos los bonaerenses: para que haya verdaderamente libertad, necesitamos que cada uno pueda contar con las oportunidades que le permitan construir un futuro mejor”, prometió Axel Kicillof el pasado lunes, cuando inauguró el edificio de la Secundaria 38 en la ciudad.

Con una inversión de $256 millones, la obra se llevó adelante en una propiedad adquirida por el Gobierno provincial en la calle 11 de septiembre 4379, y cuenta con 13 aulas equipadas, laboratorio, sala de radio y sala multimedia, entre otros espacios.

Pero la 38 también tiene su propia historia. Es que, en los hechos, el gobernador ya la había inaugurado en otras dos oportunidades, al menos desde el montaje de una gran puesta en escena con cada paso que se daba. En el lapso de casi cuatro años.

Abrir la inscripción en las condiciones en las que estamos es todo un desafío y una acción necesaria para ponernos como objetivo”, decía Marcelo Basso, delegado de la institución, al medio El Marplatense. Y agregaba: “La escuela actualmente sigue sin tener la certeza del edificio propio, seguimos funcionando en el CEF (Centro de Educación Física), pero estamos con toda esta expectativa de que se concrete la compra del edificio nuevo”.

Aquellas palabras fueron dichas en febrero de 2022, hace casi tres años.

El 5 de noviembre de 2021, el gobierno bonaerense a través de la Dirección General de Cultura y Educación confirmaba la compra de un nuevo edificio para la Escuela Secundaria N°38, “con el objetivo de que la institución comience el ciclo lectivo 2022 en el inmueble”.

La compra debía oficializarse dentro de los próximos noventa días. O sea, entre enero y febrero de 2022. Para ello, los consejeros escolares locales del kirchnerismo anunciaron la noticia “con bombos y platillos”.

En el día de la fecha se recibió la aceptación de la oferta de compra del inmueble ubicado en la calle 11 de Septiembre Nº 4373 entre Chaco y La Pampa de la ciudad de Mar del Plata con destino para la Escuela Secundaria Nº38 de General Pueyrredon”, celebraban.

Pero nada pasó.

Originalmente, la escuela tenía su sede alquilada, desde 2006, en un edificio donde antes funcionaba una fábrica de hielo de avenida Independencia entre Rodríguez Peña y Roca, donde hoy funciona una sede de la Universidad de Mar del Plata.

En 2017 se venció el contrato de locación, y tras varios idas y vueltas, finalmente no pudieron evitar el desalojo de las instalaciones y sus 400 alumnos debieron mudarse de manera “transitoria y precaria” a las aulas del Instituto de Formación Docente N°84. Desde entonces, pasaron por tres instituciones distintas.

En 2021 se mudaron dos veces: primero consiguieron que la Escuela 58 les prestara 4 aulas para 18 cursos. Y en septiembre lograron que el Centro de Educación Física N°1 les prestara ocho aulas, y allí permanecieron hasta fin de aquel año.

Fachada del viejo edificio de avenida Independencia

Pero en octubre de 2022 hubo otro gran festejo del gobierno bonaerense, el segundo para entonces. El entonces y ya nombrado ministro de Educación, Alberto Sileoni, hizo entrega de las llaves a las directoras y “ahora resta el inicio de tareas de acondicionamiento edilicio por lo que proyectamos que el inicio de las clases allí será el año que viene”, celebraban.

O sea, la cursada iba a comenzar en 2023, hace casi dos años. Pero se fue el calendario sin pena ni gloria.

Con otra gran puesta en escena, Sileoni, junto a la directora de la escuela, abrió la puerta del inmueble con los aplaudidores de turno detrás de ellos.

Así fue como en diciembre de 2023, a 14 meses de la entrega de las llaves del nuevo edificio, la comunidad educativa de la escuela se cansó y reclamó el final de obra. A la vez que amenazaba con mudarse al lugar en el estado en el que estuviera.

Estamos finalizando el año lectivo sin certezas del pleno uso del nuevo edificio, y sin respuestas ni comunicación alguna ante las solicitudes de información”, expresaba el comunicado.

Respecto a las obras, se informaba que “si bien el plan se completó en la planta baja donde se encuentran dos aulas y desde agosto (2023) cuenta con habilitación, todavía resta el reemplazo de unas 20 ventanas en estado de deterioro en el primer y segundo nivel, pero aún sin “plazos precisos”, denunciaba la comunidad educativa.

Luego de cuatro años sin edificio, no podemos seguir postergando la recuperación de una escuela pública. Dictamos clases en en el edificio del CEF que no está apto para estudiantes secundarios: aulas sin ventilación (con ventanales que no pueden abrirse), utilizando un baño al que tienen acceso personas ajenas a la institución, compartiendo aulas y rotando divisiones por semana, y adaptando los pasillos como salones de clase”, señalaba el comunicado.

Y asi se llegó a la reciente inauguración, que fue más un acto proselitista que otra cosa, similar a los otros anuncios, ya que algunas clases se venían dictando allí durante este año.

Las escuelas no están bien porque no podemos despertar de la doble vara. No están bien porque hay actos políticos en ellas. Y porque no decimos nada por conveniencia o por miedo”, exclamó en sus redes sociales la consejera escolar de General Pueyrredón, Mónica Lence.

Las escuelas no pueden, no deben ser escenarios políticos. Los políticos deben caminarlas en el silencio y en el respeto de la construcción del pensamiento libre”, concluyó.

J.P.Mayer

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