Desde el mes de mayo, a través de un episodio que conmocionó a la ciudad, Mar del Plata fue escenario de drásticos cambios en materia de Seguridad comandados desde el gobierno de la provincia de Buenos Aires.
Dicho escenario estaría demostrando, de acuerdo a algunas fuentes, una intervención de facto de La Plata en el distrito costero.
En este contexto, la inseguridad es una situación prácticamente intolerable para el marplatense, donde más allá de estadísticas y números fríos, los delitos son cada vez más frecuentes, especialmente robos y hurtos. Pero también otros más graves.
Luego de la sorpresiva detención en mayo del ex Jefe de la Policía Departamental José Luis Segovia, acusado de posible asociación ilícita y de montar una policía “paralela”, entre otros graves delitos, el ministerio de Seguridad bonaerense, a cargo de Javier Alonso, intervino formalmente la fuerza.
Pero el 26 de junio de este año desde La Plata confirmaron al comisario inspector Luis Senra como sucesor de Segovia, lo que generó una queja airada por parte del gobierno local de Guillermo Montenegro, por no haber sido consultados sobre la designación.
Para concretar el nombramiento de Senra, hasta viajó a la ciudad el propio jefe de la bonaerense, comisario general Javier Villar.
“No podes manejar un tema tan delicado como la seguridad a 400 km de distancia”, le dice a este medio una fuente policial de la ciudad.
La realidad es que, según afirman fuentes consultadas, las decisiones se toman desde la gobernación y el nuevo jefe policial sería solo un mero ejecutor de aquellas órdenes, al margen, aseguran, de su probada capacidad.
“Está, cuanto menos, limitado”, aseguran con diplomacia.
Pero además de aquello, “hay un municipio callado, que no reclama”, afirman. Aunque algunos le encuentran justificación: “No se pueden pelear por este tema con Kicillof, es una cuestión muy sensible, y se viene la temporada”, dicen.
¿Cuáles fueron puntualmente los cambios?
Por un lado, se le quitaron todos los recursos de patrullaje a las comisarías para traspasarlos al Comando de Patrullas, ubicado en Laprida y Tucumán. ¿Qué significa eso en la práctica? Que quienes acudan a un llamado de un vecino al 911, serán los efectivos de dicho Comando y no los de la comisaría. Con esto, afirmaron, “se busca un mejor tiempo de respuesta y un enfoque directo en la emergencia, cosa que antes podría llegar a estar disperso por cuestiones propias de las demandas de la comisaría de jurisdicción”.
“Las unidades a cargo del Comando de Patrullas para una mejor respuesta en la ciudad”. Así se explicó la decisión de las máximas autoridades policiales de la provincia, a cargo de
Pero no sería tan así.
“Los efectivos de las comisarías conocen el barrio, conocen cuáles son las zonas más peligrosas, y con esa idea patrullan. Ahora, por ejemplo, un agente que estaba asignado en el centro, lo mandan al puerto, y va, cumple su trabajo, pero no conoce la zona. O sea, no se involucra”, grafica una fuente policial. Y remata: “No se puede manejar una ciudad como Mar del Plata a control remoto”.
Las comisarías toman las denuncias, pero no es mucho más lo que pueden hacer. En los hechos, se le han quitado personal y recursos, por lo que su función está muy limitada.
“Esto ya se hizo, y nunca funcionó”, reconoce un comisario.
Otro cambio sustancial que se puso en práctica desde agosto, cuando se anunciaron estas modificaciones, es que las más de 80 cuadrículas pasaron a ser 60 zonas. Se trata de áreas delimitadas en las que un patrullero del Comando de Patrullas tiene su presencia y no puede salir de allí, excepto en apoyo de otro móvil en una zona lindante.
“Al reducir el número de cuadrículas, hay zonas que quedan sin patrullaje. Si ya antes eran pocos efectivos para 80, imagínate que ahora, si bien son menos, son más grandes. Y la cantidad de patrulleros y agentes no subió”, advierte Héctor Blasi, referente de la ONG marplatense Víctimas del Delito, y un activo luchador contra la inseguridad.
Cabe señalar que fue imposible saber a ciencia cierta el número exacto de efectivos afectados a la ciudad de Mar del Plata. En 2014 había 1.840 hombres en la fuerza, por lo que se calcula que diez años después habría cerca de 3.000.
En ese sentido, es necesario recordar que en marzo del año pasado, durante la gestión en Seguridad de Sergio Berni, se anunció con “bombos y platillos” el desembarco de cerca de 300 jóvenes efectivos provenientes de la UTOI (Unidad Táctica de Intervenciones Inmediatas) que ya operaba en el distrito.
El mencionado Héctor Blasi fue un gran crítico de la gestión de Segovia, pero reconoce que al menos con el ex jefe policial había diálogo. “Ahora no hay nada”, se queja, confirmando de algún modo que las decisiones se toman lejos de la jurisdicción. La Departamental local abarca, además de General Pueyrredon, los partidos de Balcarce, Cnel. Vidal, y Gral. Alvarado, es decir, una zona muy amplia.
Durante el mes de agosto, los titulares de las comisarías y sub comisarías estuvieron reunidos con Senra y el comisario inspector Julián Bonoldi en su rol de segundo jefe y tomaron conocimiento de las modificaciones en cuanto a la gestión de los móviles, informaron entonces los medios.
En los anuncios, se dijo pomposamente: “Un Comando de Patrullas que recupera la importancia perdida décadas atrás”, a la vez que prometieron “mayores recursos enviados por la Provincia para insumos, equipamiento y combustibles, el aporte articulado de otros cuerpos de la misma fuerza y un rediseño del despliegue del personal”.
Pero no es eso lo que se percibe en la calle.
Patrulleros rotos, limitaciones de combustibles, que este medio ya informó oportunamente, y poco rastrillaje policial. Prácticamente no se ven policías patrullando durante la noche, donde están ocurriendo la mayoría de los hechos de inseguridad, mayormente robos y hurtos, como lo atestigua esta foto, que se repite una y otra vez.
Vidriera de un local céntrico, en San Luis y Rivadavia: la rompieron 10 veces
Otros casos similares que habría que resaltar tuvieron lugar en el turístico barrio de La Perla: de madrugada, en distintos días, y con la misma modalidad de romper las vidrieras, robaron, en las últimas semanas, en un bar de la calle 20 de septiembre entre Balcarce y Libertad, en una farmacia de Libertad y España, y en un natatorio de Libertad entre 14 de julio y 20 de septiembre.
Pero sin duda el hecho más grave ocurrió en agosto, cuando una joven de 18 años fue secuestrada a la madrugada por un hombre, quien la llevó a los balnearios de la zona y la violó.
Las estadísticas, por más frías que sean, estarían demostrando que el nuevo esquema no está dando los resultados esperados, al margen de los hechos descriptos.
De acuerdo a los datos que maneja el Centro Municipal de Análisis Estratégico del Delito (CEMAeD), durante el tercer trimestre de 2024, es decir julio, agosto y septiembre, se reportaron 6.722 delitos y contravenciones, contra los 6.388 del trimestre anterior, lo que evidencia una pequeña suba del 7%.
De aquellos más de 6.700 hechos, un 47% corresponde a ataques contra la propiedad y un 44% a agresiones contra las personas.
Cabe consignar, así mismo, que no se venía precisamente de un paraíso.
Según estadísticas públicas difundidas por el propio Ministerio Público Fiscal bonaerense, a cargo de Julio Conte Grand, el Departamento Judicial de Mar del Plata es, de la Provincia, donde más creció el delito durante 2023 respecto al año anterior: 25,9%. Más que en La Plata (19%) y La Matanza (18,3%).
Los delitos denunciados habían sido 51.198, y en 2024, fueron 40.681.
En verdad, lo que se informan son Investigaciones Penales Preparatorias (IPP). Es decir, reflejan exclusivamente los hechos criminales que se transformaron en procesos penales y son investigados como tales en el marco de una IPP, por las fiscalías que integran el Ministerio Público Fiscal.
Sea como fuere, se trata de una situación al menos compleja si se tienen en cuenta también otros datos ya informados, que de manera directa o indirecta, pueden estar conectados a la inseguridad, además de la responsabilidad policial.
Mar del Plata es una de las ciudades bonaerenses con más cantidad de causas iniciadas por tenencia de drogas para consumo personal. El citado informe de la Procuración reporto que fueron 3.109 las causas iniciadas a 2023, lo cual representa un 4,07% del total provincial.
El informe analiza las causas iniciadas a nivel provincial por tenencia de drogas para consumo personal, y en ese contexto, destaca en que la mayor cantidad de aquellas causas están concentradas en cinco distritos judiciales entre los que aparecen Dolores 14,08%, Morón (12,58%), Mar del Plata (9,67%), Azul (8,35%) y San Nicolás (8,25%), que en conjunto hacen el 52,93% del total de las investigaciones iniciadas.
J.P.Mayer